Pastor Luis Reyes |
LA SANGRE: líquido vital que
circula por el cuerpo humano en cantidad de 5 litros, tan indispensables para
su existencia que se puede decir: “porque la vida de la carne en la sangre
está” (Lv. 17:11 y 14), o “la sangre es la vida (Dt. 12:23). Este hecho no
impide que el salmista atribuya igualmente al soplo de Yaweh la vida de los
animales (Sal. 104:30). La sangre representa la vida, tan sagrada para Dios
que, la sangre del Abel asesinado, es descrita como clamando venganza desde la
tierra (Gn. 4:10). Después del diluvio, el Señor dio permiso para comer la
carne de los animales; sin embargo, se prohibió comer su sangre (Gn. 9:3-4 y Hch.
15:20 y 29). Esta ley dada a Noé rige
por tanto no solo para el judaísmo, sino para toda la raza humana.
LA SANGRE CUANDO ES DERRAMADA ES
SÍMBOLO DE:
Crueldad (Hab. 2:12);
Abominaciones (Is. 66:3); Pecado (Is. 59:3); Culpa (2 Sam. 1:16 y Mt.
27:25); Culpa heredada (Mt. 23:35);
Venganza (Ex. 35:6); Retribución (Is. 49:25-26); Matanza (Is. 34:6-8); Juicio (Ap. 16:6); Victoria (Sal. 58:10).
LA SANGRE ES USADA PARA
DESIGNAR:
Unidad de la humanidad (Hch.
17:26); Naturaleza humana (Jn. 1:13); Degradación humana (Ez. 16:6 y 22); El
alma individual (Ex. 33:8); La esencia de la vida (Gn. 9:4 y Lv. 17:11 y 14);
La santidad de la vida (Gn. 9:56); Medios de expiación (Lv. 17:10-14);
Regeneración (Is. 4:4 y Ez. 16:9); Nuevo pacto (Mt. 26:28); La vida nueva (Jn.
6:53-56); Expiación de Cristo (Heb. 9:14); Redención (Zac. 9:11); Remisión de
pecados (Heb. 9:22).
EL PECADO Y LOS SACRIFICIOS
ANTIGUOS.
Pecado viene del término Griego
Hamartia: literalmente un errar el blanco; se usa del pecado como productor de
acciones. En Romanos 6:6, es usado como un poder organizado, actuando por medio
de los miembros del cuerpo. Aunque el asiento del pecado esta en la voluntad,
el cuerpo es el instrumento orgánico, el asiento físico (Ro. 5:21; He. 3:13 y
11:25).
Pecador: Hamartolos, palabra
griega que significa literalmente, uno que yerra el blanco, es el término más
usual para describir la condición caída del hombre (Ro. 5:8 y 19).
LA SANGRE EN LOS SACRIFICIOS DEL
ANTIGUO TESTAMENTO.
En el Antiguo Testamento: es el
acto de cubrir el pecado de los culpables por la ofrenda de sacrificio de un
animal sin defecto, por el cual el culpable era declarado limpio, con mira a la
sangre del inmaculado Cordero de Dios que llevaría el pecado de la humanidad en
la cruz. (Lv. 17:1-14 y Dt. 12:15-16).
En el Nuevo Testamento.
Expiación: es la anulación del pecado mediante el sacrificio vicario de Cristo,
que manifiesta la misericordia al pecador que cree en él. Libre de la justa ira
de Dios e introducido por Cristo al pacto de gracia. (Jn. 1:29; 1P. 1:18-20).
¿POR QUÉ LA SANGRE DE CRISTO
HABLA MEJOR QUE LA DE ABEL?
A Jesús, el mediador del nuevo
pacto, y a la sangre rociada, que habla mejor que la de Abel (He. 12:24).
Abel: alcanzó testimonio de
justicia delante de Dios y aún habla por su ofrenda (He. 11:4; tuvo la visión
de la sangre: testimonio del medio de expiación. La sangre de Abel demanda
venganza. Desata maldición al homicida en la tierra que habite. La tierra se le
negará a producir. Errante y extranjero serás. (Gn. 4:9-12).
La Sangre de Jesús: Es sangre de
paz, otorga, no reclama. Desata bendición al pecador al aceptar al plan de
salvación. Por su sangre el don de la vida eterna. Vida de triunfo en este
mundo. Poder y autoridad sobre fuerzas de las tinieblas a todo el que cree.
PARTICULARIDADES DE LA SANGRE DE
CRISTO
Los pactos divinos y humanos se
celebraban con un banquete. En el caso de los pactos que Dios hizo con su
pueblo, llamó a los ungidos del pueblo a comer en su presencia (Ex. 24:9-10), y
en los banquetes estuvo siempre presente el vino, que es símbolo de la sangre
que Cristo derramaría en el Gólgota por nuestros pecados, para salvación de
todos cuantos crean en él.
El nuevo pacto fue sellado con
la sangre purísima del Hijo de Dios, a fin de favorecer a todos aquellos que
han hecho su pacto de fe con el Dios de Israel en Cristo, con los beneficios de
la salvación, que es la gracia mayor, las promesas, los dones, la perseverancia
de los santos, sanidad, liberación, revelación de la palabra, prosperidad, etc.
La sangre está presente junto al
pan en la cena del Señor (1Co.11:23-26). Habla de la comunión intima con él, al
tomar el vino, Jesús dijo:” el que come mi carne y bebe mi sangre, en mí
permanece y yo en él.” (Jn. 6:56). Al ser tomado el vino, el Espíritu Santo
obra en sobrenaturalidad, purificando, santificando y ministrado restauración,
sanidad interior y física en la vida interna del creyente.
En la sangre de Cristo se
encuentra la vida de Dios, representada por la palabra griega mas noble para
vida, Zoe, que alude a la vida espiritual, la vida resucitada de Cristo, la
cual el Espíritu Santo ministra al creyente fiel, lo que trae: un flujo de
libertad, sobrenaturalidad y experiencia de sublimidad y espiritualidad; Y el
Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran
pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda
obra buena para que hagáis su voluntad (He. 13:20-21).
VALOR DE LA SANGRE DE CRISTO EN
LA REDENCIÓN
“Según la ley, casi todo es
purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión de
pecados.” (He. 9:22). “Por cuanto todos pecaron y están destinados de la gloria
de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe
en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en
su paciencia, los pecados pasados.” (Ro. 3:23-25).
“Pero estando ya presente
Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por él más amplio y mas
perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no
por sangre de machos cabríos, ni de becerros, sino por su propia sangre, entró
una vez para siempre en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la
becerra rociadas a los impuros, santifican para la purificación de la carne,
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció
a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de obras muertas
para que sirváis al Dios vivo?” (He. 9:11-14).
“Pero ahora en Cristo Jesús,
vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la
sangre de Cristo” (Ef. 2:13). “Pues ya sabéis que fuisteis rescatados de
vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres), no con cosas corruptible como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación.” (1P. 1:18:19). “El me dijo: estos son los que han salido de la
gran tribulación; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del
Cordero.” (Ap. 7:14). “Ellos lo han vencido por medio de la sangre del cordero
y de la palabra del testimonio de ellos, que menospreciaron sus vidas hasta la
muerte.” (Ap. 12:11).
REFLEXIÓN FINAL
El líquido que expía el pecado
no es el agua, ni el chocolate, ni el café, ni el jugo de frutas, sino la
sangre, que es la vida de la carne (Lv. 17:11 y 14). En la antigüedad, Dios
demandó sangre de animales para cubrir el pecado humano, hasta que viniera Cristo
a derramar su sangre pura y verdadera, para limpiar nuestros pecados. La obra
de la redención fue completa al Cristo morir por nuestros pecados en la cruz,
ser sepultado, resucitar al tercer día, ascender a los cielos, y sentarse a la
diestra de la majestad en las alturas, con promesa de regresar por su iglesia
(1Co. 15:3-4;
He. 1:1-3; 1Ts. 4:16-17).
En cualquier lugar bajo el
cielo, ahora anunciamos el evangelio de salvación llamando a los hombres al
arrepentimiento y a la conversión, a fin de que laven sus pecados en la sangre
purísima de Jesucristo, para recibir la herencia incomparable de la vida
eterna, que él ha prometido a los que le obedecen. ¡Recíbele hoy!
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