miércoles, 24 de abril de 2013

TABERNÁCULO TESTIFICA LA OBRA DE DIOS EN EL APOSTOLADO DEL PERIODISTA CON UN MENSAJE DEL CLAMOR A DIOS.

Tabernáculo Prensa de Dios, por la Gracia y misericordia de Dios se sostiene por la fe en el Poder de Dios, que transforma las vidas de los seres humanos con un propósito de gloria, en esta carrera de sacerdocio evagelístico y profético que continúa bajo la cobertura de expectación en grandes testimonios de fe en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
 
En el mensaje de cada edición de este periódico, hay una historia que revela el testimonio de un hombre o una mujer tratados por Dios, por ellos es que en esta historia vamos a honrar el legado de la fe y la gracia del evangelio de Cristo en la vida de los periodistas del Listín Diario.
 
Tabernáculo Prensa de Dios, edición que celebró el feriado del Día Nacional del Periodista, en la redacción del Listín Diario, fecha que destaca el 5 de abril con memorias que fortalecen el sacerdocio de la comunicación social, imprime un mensaje de esperanza, de paz, de fe, de salvación, de restauración, de koinonia (comunión espiritual), y seguridad en los corazones de los periodistas que representan al Listín Diario y su director.
 
Vale destacar que no se hizo esperar la repuesta convincente, que confirma la necesidad existente en el corazón del hombre de llenar el vacío que no sosiega, en una carrera de comunicación; que no disipa, en una carrera de economía, de política, de leyes, medicina, y aún hasta de teología.
 
Jeremías 33-3- “Clama a mí, y yo te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tu no conoces”. Es la palabra de Dios expuesta en  esta reflexión integral  (alma cuerpo y espíritu), nos habla de que el gozo, la felicidad y el amor, nacen íntimamente de la relación en comunión del hombre con Dios. El hombre debe referir todas sus necesidades a la omnipotencia  de Dios en  toda su vida, es el único medio que le asegura a la familia, iglesia y nación, el velo de la gracia soberana de la Paz.
 
Si tu llamas a una persona por teléfono, y no responde, lo vuelves a intentar; pero si eso es así una y otra vez, que nunca contesta, entonces lo dejas de llamar, porque no contesta; pero si lees otra vez Jer.33:3 dice que “yo te responderé”.  Eso, entonces, debe animarnos a clamar a Dios.  En el Salmo.91:15 se reafirma la verdad de que si clamo Él me responde: “Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré.”.
 
Lo segundo es que si nos fijamos antes del versículo 3, en Jer.33:2 dice: “Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre”.  Y para confirmar que significa esto, mira lo que dice en Jer.32:17: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti”.  Entonces, si algo nos debe motivar a clamar a Dios es que Él es capaz de responder a nuestro clamor.
 
Y lo tercero que debe animarnos a clamar a Dios son los testimonios de aquellos que clamaron y Dios les respondió, porque eso es lo que Él prometió. 
 
Clamar a Dios es un mandato en las Escrituras, su Palabra; nos invita a eso Jeremías 33:3. Mateo 7:7 nos dice:” Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.
 
En la Biblia, hay muchos casos de clamor en que Dios respondió:
 
a. Ana clamó por un hijo, y Dios le respondió (1Sa.1:12,13).b. La mujer que tenía una hija con un demonio clamó, y Dios le respondió (Mr.7:28,29).c. Bartimeo, un hombre ciego, clamó, y Dios le respondió (Mr.10:51,52).
 
Lo que debemos analizar de los tres ejemplos anteriores es cómo clamaron, porque, si clamamos, Él prometió responder. Así que, cuando vemos que no hay respuesta, estoy seguro que el problema no es del que está en el cielo, sino de los que están en la tierra.
 
¿Acaso pedimos o clamamos al Padre de la manera en la que El quiere, pedimos en realidad para nuestro bien? El Centurión fue uno de los que fue a clamar delante de Jesús a favor de un siervo suyo. ¡Cuánto despojo de egoísmo tenia este Jefe! Fue a pedir no para el mismo sino por un siervo suyo. ¡Cuánto hay que aprender de esa escena! ¿Pedimos a favor de nuestra nación? ¿De nuestro prójimo? ¿De nuestros gobernantes? ¿De la gente que padece violencia? ¿De qué forma se dirige nuestro clamor, qué encierra?
 
Nuestro país necesita hombres y mujeres que clamen; nuestro mundo necesita hombres y mujeres que clamen al Dios vivo y de poder, ¡este es el justo momento! Ahora con rumores de guerras, con amenazas de todo tipo, con hambre, con un uso de violencia de manera acelerada, este es el momento nación, clama a mi te dice Dios; ¡clama, porque hay respuesta del Dios todopoderoso!!Clama, que es Dios el que promete darte por lo que pides! Acércate a Dios nación; acércate República Dominicana, deja todo lo que te aparte de Dios y vuélvete a tu Dios. ¡El espera tu clamor en su presencia!!!.
 
Dios está llamando en un clamor a través de sus mensajeros: que el hombre debe escuchar la voz de su auxilio con repuesta, soluble a toda situación como forma divina sobrenatural, todopoderosa para sosegar la vida de la humanidad; con un gobierno de gracia, de misericordia. Todo lo contrario a este supra nivel de comunicación, es lo que ha devenido al hombre en una animadversión, que descompone al hombre desintegrándole de toda armonía con Dios.

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