Pastor Luis Reyes |
ESCENARIO DE SOBRENATURALIDAD
La Biblia es el libro de Dios,
constitución universal para cada generación. Es el único libro en la tierra
cuyo contenido se desarrolla en dos esferas: en el mundo físico y el mundo
espiritual. En el primero, se cuentan historia de familias, hechos, y ocurrencias,
que se narran de forma llana y común, accesible al lector; aunque están
impregnadas de espiritualidad verdadera.
Otras manifestaciones del poder
de Dios suceden en el mundo físico, ante la mirada atónita de multitudes. Otras
veces, son expresiones de sobrenaturalidad a una persona, familia, e iglesia
local. En ocasiones, la Biblia narra hechos que suceden en el cielo, donde está
el trono de Dios. Los libros de Ezequiel, Zacarías y Apocalipsis son ricos en
revelaciones celestiales. El hecho es que tierra y cielo son el escenario
bilateral de las Sagradas Escrituras. El Señor dice por el profeta Isaías: “El
cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies” (Is. 66:1).
El tercer cielo es el
estereotipo del reino de Dios (2Co. 12:1-4; Mt. 6:10), donde está su trono y el
trono del Cordero vencedor (Heb. 1:1-3), de donde gobierna el universo. La
pluma inspirada del salmista dice:” Yaweh estableció en los cielos su trono, y
su reino domina sobre todos” (Sal. 103:19). La vida del cielo tiene la particularidad
que allá, lo normal, es lo que es sobrenatural en la tierra de los hombres.
Significa que en el cielo no se necesita los milagros, los prodigios, las
señales, las sanidades, las maravillas ni las proezas de Dios. Porque entre los
ángeles, no hay necesidad de tales manifestaciones de sobrenaturalidad, porque
ellos no necesitan ser redimidos ni persuadidos de la sobrenaturalidad que hay
en Dios.
En cuanto a la tierra, el caso
es otro: Dios se la dio al hombre para que viva en ella. Pero desde la caída en
el pecado (Gn. 3:1-13), el corazón del hombre se endureció y le dio la espalda
a Dios. Por lo cual, Dios se ha manifestado a través de su pueblo en cada
generación con sobrenaturalidad, para impactar a los pecadores, con el
propósito de sensibilizar sus corazones de piedra. Dios manifestó un testimonio
de sobrenaturalidad en el antiguo Israel: milagros, prodigios, señales,
sanidades, maravillas y proezas. Y en el ministerio publico de Jesús, el
testimonio de los evangelios revela 35 milagros detallados y mención de una
gran cantidad, en los cuales el Padre fue glorificado en el Hijo. También a
través de la iglesia apostólica, el Espíritu Santo manifestó obras variadas de
sobrenaturalidad. Así como en la historia de la iglesia, en cuanto a los
cristianos de hoy, somos testigos de que el Señor sigue obrando con
sobrenaturalidad, para testimonio de fe a los incrédulos. Connotados hechos de
sobrenaturalidad son detallados a continuación en la vida bíblica:
En el Antiguo Pacto:
Por promesa de Dios, Sarah dio a
luz a su hijo Isaac a los 90 años, (Gn. 21:2-3). El ángel de Yaweh en la zarza
de Horeb, que ardía en fuego y la zarza no se consumía (Ex. 3:1-2). Las diez
señales de demostración de poder del Dios de Israel en Egipto, para liberar su
pueblo de la esclavitud, a través de Moisés (Ex. Caps. 7 y 11). Dios abrió el
mar rojo para que su pueblo pasara en seco y el ejército de Faraón pereciera
(Ex. 14:1-31). Provisión de maná por 40 años al pueblo de Israel en el
desierto, maravilla del Dios de Abraham (Ex. 16:1-6). Manifestación de
sobrenaturalidad cuando Dios abrió el rio Jordán, para que su pueblo pasara en
seco hacia Canaán (Jos. 3:1-17). Triunfo de Gedeón sobre los madianitas, con un
ejército de 300 hombres, los cuales
vencieron 20,000 hombres de Madian (Jue. 7:1-25). Sansón, que con la fuerza del
Espíritu de Dios, se echó al hombro las dos hojas de la puerta de Gaza, con sus
dos pilares y su cerrojo, y lo subió a la cumbre del monte que está delante de
Hebrón (Jue. 16:3). La provisión de un hijo, a la estéril y desconsolada Ana,
la madre de Samuel (1S.1:1-28). Triunfo de David sobre Goliat, la victoria solo
con Dios de su lado. (1S. 17:1-58). Fuego del cielo en la dedicación del templo
de Salomón (2Cr. 7:1-6). Señales demostradas
por Dios a través de los profetas Elías y Eliseo (1R. 17:1-7; 2R. 2:8, 4:1-44,
6:1-7).
En el Nuevo Pacto:
El nacimiento virginal de Jesús
(Mt. 1:18-25). Su ministerio público, que se caracterizó por un fluir de
sobrenaturalidad inigualable en las Escrituras. La restauración milagrosa del
leproso (Mt. 8.1-4), del paralitico de Capernaun (Mt. 9:1-8), y del hombre de
la mano seca (Mt. 12:9-14). El milagro de la multiplicación de los panes y los
peces (Mt. 15:32-39), liberación del gadareno de espíritus inmundos (Mr.
5:1-20). La pesca milagrosa (Lc. 5:1.11). Resurrección de la hija de Jairo, el
hijo de la viuda de Nain y Lázaro (Mt. 9:23-26; Lc. 7:11-17; Jn. 11:38-44).
Conversión del agua en vino en las bodas de Caná de Galilea (Jn. 2:1-12).
Milagro en el ciego de nacimiento de Jerusalén, el cual vio claramente (Jn.
9:1-12).
Señales y prodigios por la mano
de los apóstoles en el nombre de Cristo (Hch. 5:12), sanidades y liberaciones.
Pedro sanaba con la sombra (Hch. 5:15-16). Eutico, resucitado por el Señor en
el ministerio de Pablo (Hch. 20:7-10).
NOMINACIÓN BÍBLICA DE
SOBRENATURALIDAD
A continuación detallamos
diversas nominaciones de sobrenaturalidad en la vida Bíblica.
Milagro: es una obra
sobrenatural que procede de Dios realizada en el nombre de Cristo, quien dijo
que todo lo que pidiéramos al Padre en su nombre será hecho (Jn. 14:13). Es evidente que los milagros siempre benefician
a hombres y mujeres que creen que nada hay imposible para Dios (Lc. 1:37).
Tienen la particularidad de que no pueden ser hechos por la ciencia médica,
porque los milagros auténticos solo lo hace el Señor. Los evangelios son ricos
en milagros del Señor Jesús (Mt. 8:1-4; Jn. 11), (Mt. 8:1-4; Jn. 11), y el
libro de los Hechos (Hch. 3:1-10 y 8:13).
Prodigio: el prodigio es un
milagro, pero de naturaleza inusual; es poco común, por eso llama tanto la
atención, porque se fundamenta en el poder sobrenatural de Dios en un fluir de
creatividad y frescura (Mt. 17:24-27). (Mt. 17:24-27). El Señor mandó a Pedro
al mar de Galilea a tirar el anzuelo y pescaría un pez, dentro del que
encontraría un estatero, equivalente a cuatro dragma, para el pago del impuesto
del templo (eso es un prodigio). También, que Pedro sanara con la sombra es un
prodigio (Hch. 5:15). Los apóstoles hacían muchas señales y prodigios en el
pueblo (Hch. 5:12). Esteban hacia grandes señales y prodigios en el pueblo
(Hch. 6:8). Pablo dice a los corintios de las señales de apóstol que él hizo
entre ellos “señales, prodigios y milagros” (2Co. 12:12).
Señal: significa prenda o prueba
de algo que se promete cumplir, como en Josué 2:12 e Isaías 7:11. Una señal es
principalmente un hecho portentoso, un hecho sobrenatural que procede de Dios,
una demostración de su poder sobre el mundo natural de los hombres. Ej.: las
obras de Dios en Egipto, para la liberación de su pueblo, 10 señales que son
llamadas en el Antiguo Testamento “señal y milagros” (Dt. 6:22 y Neh. 9:10).
La peregrinación en el desierto
y las luchas y victorias en Canaán fueron “grandes señales” (Jue. 24:17). Los
milagros de Jesús fueron interpretados como señales mesiánicas, manifestaciones
sobrenaturales de su misión en la tierra. (Jn. 2:11, 4:54 y 20:30).
Sanidad Divina: es una obra
sobrenatural que procede de Dios en Cristo y comprende en la restauración de la
salud física o emocional de una persona (Mat. 8:14-15; Hch. 10:38). Dicha obra
de salud puede ser realizada de forma gradual por la ciencia, mediante
medicamentos. Puede ser a través de una persona o Dios mismo, por su gracia,
manifiesta su gloria, sanando. Se debe destacar que la ciencia, como tal, no se
opone a la fe, porque Dios es el dueño de la ciencia. En Proverbios 22:12 dice:
“Los ojos del Señor velan por la ciencia”. Solo que la sanidad de la ciencia
medica se fundamenta en el conocimiento por el estudio que el hombre ha
alcanzado del funcionamiento del cuerpo humano, y la sanidad divina es
sobrenatural, impartida en el nombre de Jesucristo, el Hijo de Dios. Aparece la
sanidad divina en los dones de poder impartidos por el Espíritu Santo (1Co.
12:9-10): fe, milagros y sanidades.
Maravilla: es una obra de
sobrenaturalidad procedente de la mano de Dios en Cristo, que produce asombro y
expectación en el ser humano. Una maravilla es una manifestación de la gloria
de Dios. La Biblia le atribuye a Dios las maravillas (1Cro. 16:9; Jo. 37:16;
Sal. 86:10 y 105:2), y las maravillas de Cristo; Lucas 5:26 decían: “Hoy hemos
visto maravillas”. Los escribas viendo las maravillas que hacia (Mt. 21:15),
maravillas eran hechas por los apóstoles (Hch. 2:43), maravillas había hecho
Dios por medio de ellos “los discípulos” (Hch. 15:12).
Proeza: es una obra que procede
del poder de Dios, pero que es llevada a cabo por un hombre consagrado, una
mujer fiel a Cristo. Es resultado de la unción. El salmista dice: “En Dios
haremos proezas, y el hollará a nuestros enemigos” (Sal. 60:12 y 108:13).
También la Biblia atribuye las proezas a Dios sin la intervención del hombre
(Sal. 118:15, 150:2; y Lc. 1:51).
SOBRENATURALIDAD DE DIOS EN LA
IGLESIA DE HOY
El Señor Jesucristo comisionó a
sus discípulos diciéndoles:” Id por todo el mundo y predicad el evangelio a
toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no
creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: en mi
nombre, echaran fuera demonios; hablaran nuevas lenguas; tomaran en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos
podrán sus manos, y sanarán” (Mr. 16:15-18). Con esta declaración el Señor, le
dio autoridad a su iglesia para fluir en sobrenaturalidad en cualquier época y
cualquier circunstancia. Nos ha dado el poder de su nombre para que mediante la
unción del Espíritu Santo obremos milagros, prodigios, señales, sanidades,
maravillas y proezas, ejecutando sometimiento bajo autoridad, de fuerzas
espirituales de la oscuridad. El Espíritu Santo nos llama a una vida de fe con
un fluir de sobrenaturalidad, porque como pueblo de Dios hemos sido
constituidos por el Señor productores de pruebas de su vida resucitada.
¡Iglesia de Jesucristo! Estamos desafiados a desarrollar una vida espiritual de
sobrenaturalidad en favor del reino de la luz. Dios te bendiga.
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