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Pastor Samuel Que |
Hoy la iglesia moderna se está
tendiendo hacia la izquierda liberal. Hace cien años atrás, la iglesia se
encontraba en la extrema derecha, donde el legalismo florecía y las reglas y
estatutos eran parte de la vida religiosa de la gente.
Pero hoy en la actualidad la
iglesia tiene la tendencia a moverse hacia la izquierda liberal, en el cual el
legalismo no tiene cabida, y tampoco las reglas.
Tal pareciera que la
desaparición del legalismo y las reglas harían un bien a la sociedad religiosa,
puesto que a partir del momento en el cual el legalismo y las reglas desaparecieran;
las gentes serían más libres y podrían actuar mejor.
Pero el resultado de la
desaparición de tales normas de conducta nos han llevado al extremo donde no
existe ni el pudor, ni el respeto y mucho menos la devoción.
Nuestra sociedad actual tiene la
tendencia a creer en la existencia de Dios solo en casos extremos, quiero decir
cuando ha llegado al final donde se le agotan los recursos y no le queda otra
salida que recurrir a la fe.
Ezequiel 28:18 Con la multitud
de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu
santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te
puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
En el pasaje de referencia
podemos ver una clara expresión que nos denota el establecimiento del santuario
aun en los seres creados, de ahí que la humanidad en todos los tiempos y las
edades haya dejado como uno de sus más grandes testimonios los monumentos
levantados a sus dioses.
Hay una necesidad en el alma del
hombre de creer en alguien, de llevar hasta su corazón un Dios al cual rendir
su devoción.
De las siete maravillas del
mundo al menos algunas de ellas son templos dedicados a algún dios. El Taj
Mahai en la india, tiene escrituras en mármol y son textos del Corán 22 pasajes
en orden y catorce capítulos completos.
Una tumba dedicada a su amada pero resguardada por la por el simbolismo
de la presencia de Ala.
Chichen itza. pirámide
escalonada consagrada a Kukulkán, dios de la dualidad: en la cultura mexicana.
A través de la cultura lo que
más podemos observar son las construcciones dedicadas a los dioses. Hay un
lugar en lo profundo del corazón del hombre que ha sido diseñado por Dios, para
que sea El, quien habite ese lugar, pero el hombre se ha equivocado por que en
lugar de poner a Dios en ese lugar que Dios diseño exclusivamente para El
mismo, el hombre ha llevado ídolos a su
propio santuario.
Es Dios quien establece el
santuario para El. En Éxodos 25:8 Y harán un santuario para mí, y habitaré en
medio de ellos. En el inicio de la
vida de la nación Israelí, Dios estableció en ellos y para ellos toda una
constitución que regularía sus vidas de manera total. Normas en todos los
aspectos de la vida. Por ejemplo: su alimentación, reglas sanitarias, sus
fiestas solemnes, su sistema de gobierno, sus ofrendas y sus normas morales, de ahí que los diez
mandamientos ejerzan una tremenda autoridad en la vida del mundo hasta la
actualidad.
Pero dentro de todo lo
establecido en el sistema de vida de Israel, Dios quiso tener un lugar para él
en medio de ellos, y esta es la razón por la cual dio a Moisés la orden de
construir un tabernáculo.
El tabernáculo no era el lugar
para el pueblo israelí, el tabernáculo era el lugar para Dios. Era el lugar en
el cual Dios estaría, era el lugar donde sabría Israel que la presencia de Dios
reposaba y donde el hombre no tenía acceso a morar.
Israel le pertenecía a Dios,
pero dentro de Israel y dentro de sus límites, había un lugar separado única y
exclusivamente para Dios. Un lugar exclusivo para su presencia, un lugar en el
cual el hombre podía mirar su estructura externa pero no podía llegar a su
interior. Dios había separado para El, un lugar exclusivo para su presencia.
Únicamente Dios puede estar en
el santuario. Cuando el sacerdote entraba al santuario, tenía que estar santo,
purificado, en otras palabras tenía que haber sido vaciado de el mismo, y lleno
de Dios.
La santidad de Dios tenía que
llenar al sacerdote para que el sacerdote pudiese ofrecer sacrificio a Jehová.
Si no estaba purificado, caía muerto. Era un lugar únicamente para Dios, no
había espacio para nada más, o estaba Dios en el santuario o cualquier cosa o
persona que quería entrar, caería muerta.
Dios estableció a un en los
seres creados un santuario para El. Ezequiel 28:18 Con la multitud de tus
maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; Esta
referencia es de suma importancia para nosotros, nos muestra que Lucifer aquel
ángel protector construido con nueve piedras preciosas y un metal, su
estructura o su composición no era para que exhibiera su propia belleza; que
fue la razón del inicio de su orgullo y como consecuencia su pecado.
Su estructura y composición de
absoluta belleza era el tabernáculo, en otras palabras el santuario que
reflejaba no solo la sabiduría de Dios, sino un lugar que mostraba que Dios
mismo se encontraba en el interior de él.
Dios ha hecho todas las cosas y
todas las personas para que lo reflejemos a Él, para que cada lugar al cual
vallamos se sepa que Él, está en nosotros. Por eso somos su templo.
Solo podremos ser el templo en
el cual Dios habita, en el momento que por medio de la redención de nuestras
almas, por la transformación de nuestros cuerpos y por el poder de la
salvación, seamos despojados de todo lo que profana nuestro santuario y
llevados al estado de la santidad y pureza, es cuando podemos cumplir en total
figura el plan de Dios de ser el templo en el cual El habite.
Los templos que han sido diseñados para que la presencia de Dios
habite, han sido profanados puesto que lo que hay en los templos (y me refiero
a nuestros propios cuerpos) en lugar de
ser presencia de Dios, está la presencia de nuestras vanidades, de nuestros
propios deseos y de nuestros propios pecados. A tal grado que no existe el
respeto en muchos casos a nuestro propio cuerpo.
Por eso el mundo no viene a
buscar a Dios, porque no encuentra el lugar donde está Su gloria, porque cuando
mira el santuario donde se supone que la gloria de Dios habite, lo mira vacío
de Dios y lleno del hombre. Al mundo no le interesan nuestros edificios, al
mundo le interesa encontrar: Poder para cambiarlos, Poder para sanarlos, Poder
para entregarles paz, Poder para poder curar sus heridas y poder para
ofrecerles un paraíso que no conocen.
Dios diseño a Lucifer lleno de
sabiduría y acabado de hermosura, pero fue con el fin de que fuera el santuario
donde se pudiera ver la gloria de Dios.
Solo que Lucifer quiso reflejar la gloria de Dios como propia, no
dándole la gloria a Dios.
Tu y yo hemos sido diseñados
como templos dedicado a Dios, pero o esta Dios; o estamos nosotros.
Pero en este mundo postmoderno
donde somos invitados a vivir la vida sin reglas y sin estatutos, Dios una vez más nos recuerda que hemos sido
diseñados para reflejar su gloria y no la nuestra.
Si esta Dios en nosotros,
brillaremos por su gloria, seremos un ejemplo de amor al mundo, y seremos tal
vez la única versión del amor de Dios para muchas vidas que no le conocen.
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