Pastor Carlos León |
La
problemática de la iglesia hoy en día es que no han reconocido su identidad la
identidad que Cristo le entrego, es por eso que miles de años después no nos
parecemos en nada a la iglesia primitiva la cual lograron reconocer el mover de
Dios y se apropiaron de su identidad, hoy en día la iglesia sufre millones de
conflictos por la falta de reconocer la identidad que posee y en el medio de
las pruebas y del dolor en vez de reconocer que es un proceso de formación, dan
la espalda a Dios y duran años en el desierto.
Hay un adagio
que dice: “Nadie aprende en cabeza ajena”, y también recuerdo mucho cuando mi
madre me decía cosas como: “cuando tengas tus hijos ya veras” y todo esto se refiere a que la vida se
resume en una sola palabra, “VIVENCIAS”,
ninguna persona puede hablar de lo que no ha vivido, ninguna persona
puede mostrar amor si no lo ha vivido, nadie puede saber tu dolor si no lo ha
vivido, pero estas vivencias pueden producir dos cosas en tu vida que la harán
tomar el rumbo de ella, una es destruirte por completo o la otra que es
fortalecerte.
3 Cosas más
comunes que me llevan a ser herido. (Las heridas tienen que ver con el alma)
- Orgullo (no reconocer cuando lo que
haces te esta matando)
- Impulsividad (moverse por emoción
tiene sus consecuencias)
- Malas decisiones (una mala decisión
te produce frustración)
3 Cosas más
comunes que me ayudan a sanar las heridas. (Las cicatrices tienen que ver con
el cuerpo)
- Quebrantamiento (cuando somos
quebrados somos moldeables)
- Arrepentimiento (el quebrantamiento
produce arrepentimiento)
- La mejor decisión (no apartarme de
Dios jamás)
Las
cicatrices están porque Dios quiere que tú cuentes una historia, una vivencia,
luego que tus heridas sanan, Siempre hay alguien que necesita escuchar tu
historia, solo una persona que perdió a su esposo puede ser consolada por otra
que también lo perdió es por eso que el dolor tiene sus beneficios.
Los
Beneficios del dolor.
Hay muchas
personas que no tienen cicatrices, tienen heridas que aún están abiertas.
Mi dolor
tiene un propósito, mi aflicción tiene un propósito.
En ocasiones
pensamos que las cosas que en nuestra vida ocurren terminarán por darnos un fin
que no esperábamos, es decir un indeseable final. El fracaso, la soledad,
pobreza, la ruina y en el peor de los casos la muerte.
El dolor está
lleno de emociones y sentimientos que nos perturban, que nos incomodan, pero
está cargado del propósito de Dios. Son vivencias que nos llenan quizás de
vergüenza, de deshonra delante de los hombres, pero que a los ojos de Dios son
herramientas para Sanar, para librar y para romper con ataduras.
Salmo 23: 1-4
El SEÑOR es mi pastor, nada me faltará, En lugares de verdes pastos me hace
descansar; junto a aguas de reposo me conduce, El restaura mi alma; me guía por
senderos de justicia por amor de su nombre, Aunque pase por el valle de sombra
de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado
me infunden aliento
Ser cristiano
no te garantiza que no sucederán cosas malas, la vara es sinónimo de corrección
y quizás tú seas una de las personas que
se preguntan ¿POR QUE A MI?, porque Dios permite este y aquello.
Jesús dijo en
el mundo tendréis aflicción, es una promesa que no nos gusta, pero El dijo que venció
al mundo.
Tú mismo
determinas el tiempo de tu dolor, en mi país decimos al muerto se llora los
tres días y ya, al pueblo de Israel le tomo 40 años vivir en dolor cuando solo
eran 11 días de trayectoria geográfica para llegar a canaán.
Si David no
hubiera sufrido todas las aflicciones que Dios le permitió, no existiría el
libro de los salmos es por eso que Dios usa tu dolor para sacar de ahí tu mejor
potencial, eres un diamante en bruto, eres el lápiz en la caja.
2
Corintios 7:9 Pero ahora me regocijo, no de que fuisteis
entristecidos, sino de que fuisteis entristecidos para arrepentimiento; porque
fuisteis entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrierais
pérdida alguna de parte nuestra.
Las personas
mas usadas en este mundo son las que tienen cicatrices.
Solo la
persona que ha sufrido el dolor es la que puede consolar a otra que esté
pasando por el mismo dolor
2 Corintios
1: 3-4 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de
misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda
tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en
cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados
por Dios.
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