Pastor Th. B. Samuel Que |
Cuando
entendemos que el carácter es nuestra propia marca, entonces hay que
preguntarnos ¿qué es lo que la gente está viendo de nosotros? Una cosa es el carácter y otra cosa distinta
es el carácter cristiano, aquel que ahora es dirigido y regulado por Dios.
Cuando somos
del mundo y hemos tenido una educación desde la niñez, la formación de nuestro
carácter ha sido forjada posiblemente con disciplina, pero donde existe la
disciplina pero falta la moralidad, el carácter está deformado.
Pedro ha
dejado una marca imborrable en la historia del inicio de la Iglesia. El marco
con sus acciones la imagen que para muchos de nosotros hoy es la única forma de
entender quién era. Un hombre con acciones impulsivas, fácil para airarse,
difícil para contenerse de no decir lo que pensaba, e imposible de detener sus
acciones aunque estas lo comprometieran.
Ese era el
carácter de uno de los doce, ese es el carácter de más de uno de los que hoy
seguimos al Maestro. Pero al igual que Pedro nuestra vida entera y carácter
deben de llegar a la madurez en la cual muestre al mundo que hemos sido
forjados en la mesa del Eterno Alfarero, y que han sido sus manos las que ha
dado forma a lo que hoy somos.
No será un
proceso fácil, no será un camino corto y no será de la noche a la mañana.
Forjar las grandes obras llevan años de proceso, pero después de haber sido
terminadas también son años los que sobrevivirán.
Creo que por
eso Dios nos dio la vida, para que durante ella pueda formarnos a su imagen
poco a poco tal como lo vallamos entendiendo y aceptando.
Cada vez que
él hace una obra en nosotros, si queremos que perdure, deberemos estar de
acuerdo con lo que él hizo en nosotros. De lo contrario terminaremos arrancando
de nosotros mismos, aquello que nos hacía parecernos más a Él.
Por eso
cuando venimos a Jesucristo y moldea nuestro carácter y nos pone compasión,
cuando nos miramos actuando con compasión y no nos gusta terminamos por
dejarla. Cada vez que Jesús haga una obra en nosotros, somos nosotros mismos
quienes decidiremos si queremos parecernos más a Él.
Marcos 14:26
Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.
27 Entonces
Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está:
Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. 28 Pero después que haya
resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
Primero que nada quiero resaltar
el momento en el que Jesucristo refiere estas palabras. Han pasado tres años y
medio.
Pedro ha
caminado con el Maestro día y noche. Ha llegado a escuchar sus enseñanzas,
hasta que estas podía decirlas de memoria. Había visto en el rostro del Maestro
su compasión por las gentes, su amor por los que estaban en necesidad, su
misericordia para los que habían caído y su mano extendida para quienes se encontraban
en el poso de la desesperación.
El carácter
del impetuoso Pedro había sido confrontado con el Carácter del Maestro que en
lugar de sus arrebatos, encontraba silencio ante los agravios.
Había tenido
la oportunidad de ser altamente entrenado, y formado su carácter, con los
eventos que había vivido al lado de su Señor.
(Hace unos días platicando con
alguien me dice mi esposa: te he escuchado hablar tantas veces pero todavía no
puedo explicar las cosas como tú lo haces. Aprender los conceptos y los valores
le conteste)
Para que
usted llegue a que su corazón, a través de su carácter; deje una marca de la
que este orgulloso de decir que es suya, habrán pasado muchos años.
Todos os
escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las
ovejas serán dispersadas. 28Pero después que haya resucitado, iré delante de
vosotros a Galilea.
En ese
particular momento el carácter de Pedro seria enfrentado ante la tragedia de su
Maestro. Ahora su propia vida estaría en riesgo, sería el momento de probar su
carácter cristiano. Quiero decir, su entrega a Jesucristo.
Y contesta y
dice: 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no.
La única
forma de probar nuestro carácter, es cuando es confrontado, es cuando es puesto
a prueba, es cuando es llevado fuera de nuestra zona de confort.
Pedro, tal parece hablo espontáneamente.
¿Cuántas veces hemos caído en un error, por haber hablado de esta manera? Hay que saber controlar nuestras emociones,
nuestras reacciones y también nuestras palabras. Pedro siempre mostró su afán
por hacer cualquier cosa por su Maestro, pero no sabía a ciencia cierta; ¿cómo
respondería cuando el momento de poner en riesgo su propia vida llegara?
Ahora estamos
ablando del carácter Cristiano. ¿Cuándo otros abandonan, adonde estas tu? Pedro
ya daba por sentado que él ya estaba listo para cualquier prueba que le viniese
en el camino de Jesucristo. El decía que su carácter ya había sido forjado a la
manera de Cristo. Tres años de enseñanza ahora se enfrentarían a la prueba. Pedro
le estaba diciendo a Jesucristo: Yo ya estoy listo, para hacer cualquier cosa
por ti.
Aunque las
cosas se pongan mal yo no te abandono. Yo no te dejare, caminare contigo todo
el camino. Esta es una promesa grande, Pedro estaba empeñando toda su persona.
Y creo que
hoy es un gran día para hacer nuestra declaración de vida. Es posible que tu
corazón, tu carácter y tu temperamento te digan todavía no puedo hacerlo, te
voy a decir algo; Hazlo por Fe. Hay quienes dijeron no estoy listo para
bautizarme, hoy te digo hazlo por fe. Haz lo que hizo Pedro “si eres tú, manda
que yo vaya” el no estaba seguro que fuera su Maestro, pero al oírlo hablar
reconocería su voz.
Muy buen articulo. Lo felicito. Es un tema que necesita ser tratado. El carácter cristiano es el formado por la obra del Espíritu Santo en nosotros. Hay que trabajar nuestra alma, nuestro carácter, porque lo que realmente somos es lo que va a ser juzgado. P. Juan Betances
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