sábado, 26 de julio de 2014

DÍA DE LOS PADRES: UNA FESTIVIDAD OLVIDADA Y MENOSPRECIADA

Dr. Nestor Saviñón

La República Dominicana es fiestera. Tiene todo tipo de conmemoraciones, pero una de las pocas que es olvidada por la gran mayoría y menospreciada es el Día del Padre. Desconozco a qué se debe esa actitud, pero se comete una injusticia grave.

Así como no toda mujer es madre, ya que la verdadera madre no es la que engendra, sino la que cría, no todo hombre con hijos es padre.

El ser padre es un papel complejo. Debe ser  modelo ante sus hijos, despojarse de todo para el desarrollo integral y prepararlos para la vida. Debe ser, junto a la madre, una fuente de principios y valores de donde los hijos aprendan lo debido para ser hombres y mujeres para los demás.

El padre debe enseñarles a sus hijos el valor del trabajo y la satisfacción del ser cumplido, y debe compartir con sus hijos con el fin de orientarlos. Y ante todo, ser un ejemplo coherente de vida. Si hablan de honestidad o laboriosidad, deben enseñar con el ejemplo, y así poder sembrar esos valores.

Deseo recalcar este método y su efectividad con lo que he vivido con mi padre. Su padre, hoy desaparecido, era trabajador y siempre insistió en el estudio y la disciplina como medios de superación personal, y esos valores fueron adoptados por él, quien los interioriza y los hace suyos.

Mi padre es chapado a la antigua. Cree en el honor, cree en el trabajo, cree en la dignidad, cree en luchar y no desfallecer. Y aunque no habla mucho, es un ejemplo andante de todo lo antes expresado. Respira y vive cada uno de esos valores.

Cuando decide formar familia, decide transmitir esos valores a sus tres hijos, y actualmente, en cierta forma, a sus nietos, lo cual quiere decir que creemos en esos conceptos tan valiosos y mal entendidos como son la disciplina y la fe, y tratamos de vivir acorde a los mismos.

Este breve escrito es para en la persona de mi padre felicitar a todos los padres que deciden ser ejemplos, educar, acompañar y ser dignos de emulación por sus hijos, y para llamar a la reflexión que esta fiesta, más allá de cualquier regalo, es para agradecer a ese hombre que  decide ser ejemplo para que sus hijos sean hombres y mujeres de bien.  Esos hombres dejan una gran herencia, que es la práctica de las virtudes, porque quienes los practican se distinguen de los demás. 

El hecho que existan aún muchos hombres y mujeres con valores en nuestra sociedad, demuestra que hay muchas personas que deciden ser sal de la tierra y ser el ejemplo por medio de virtudes. Y uno de los actores principales, junto a las madres, es ese hombre abnegado al que llamamos Papá.

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