domingo, 3 de marzo de 2013

TOQUE EL MANTO!

Emilia de la Cruz
La Biblia narra en los evangelios, la historia de una mujer que desde hacia doce años  padecía de flujo de sangre;  había gastado todo lo que tenia visitando muchos médicos y nada le había aprovechado, cada vez le iba peor; esta mujer escucho hablar de Jesús y decidió ir hacia El y tocar el borde de su manto; decía: si tocare tan solamente su manto, seré salva.  Se esforzó en medio de la multitud, venció los obstáculos y por detrás tocó el borde del manto de Jesús y, registra la Palabra de Dios en Marcos 5:29 que en seguida la fuente de su sangre se secó y sintió  en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
 
Aquella mujer conocida hoy como la  del flujo de sangre, debía haber estado bastante débil por el tiempo que había transcurrido con la enfermedad, probablemente sentía miedo y temor a ser descubierta en el intento por alcanzar sanidad; tal vez su condición le había afectado su estima y hasta podía estar algo olvidada por la sociedad; sin embargo, el tiempo que vivió con su enfermedad no la llevo a acostumbrarse a estar bajo sufrimiento y mucho menos a resignarse a esa condición durante toda su vida. Dentro de si guardaba una ferviente fe; estaba segura que si entraba en contacto con Jesús, su vida cambiaria inmediatamente.
 
Amado lector, no se acostumbre al sufrimiento, no se adapte  a una vida de pesares no se conforme con breves momentos  de quietud, Dios le ha llamado con propósitos eternos y buenos. No mida los obstáculos, no piense en la multitud, piense en la oportunidad de extender su mano y tocar el manto.  Toque el manto y renuncie a aquello que le ha llevado a la pobreza, al dolor constante, a la inversión de tiempo sin ningún provecho; tiene derecho a ser salvo, a disfrutar de una vida abundante en Cristo. El le ha llamado real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.  Basta de lagrimas, de angustias, de dolor. 
 
Usted Tiene la responsabilidad de mostrar a otros a quien le sirve y hacerlo con gallardía; usted es hijo del Rey de reyes, por tanto disfrute las cosas que El ha creado para usted.  Recuerde El es un Dios de milagros, de imposibles, atrévase a tocar su manto y libérese de una vez y por todas de aquello que ha estado arrastrando por muchos años.  Es su decisión, hágalo ahora!.

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