viernes, 9 de diciembre de 2011

Debate del 4%. En vías de resolución legal y un ejemplo de administración universitaria

  
Dr. Néstor Saviñón



Todos conocemos las precariedades del sistema educativo nacional. El mismo ha devenido en un obstáculo al desarrollo, ya que un Estado que no puede formar profesionales, simplemente no puede competir con los países que si forman, ya que el profesional posee inventiva y produce bienes y servicios en gran medida.


Tras años largos en el olvido, renace la ley 66-97 en su artículo 104, que señala que debe dedicarse a la educación un 4% del P.I.B. o un 16% del presupuesto. Pero, existía un componente práctico: ¿de dónde erogar dichos fondos? Recordemos que una ley que no tiene aplicación práctica, es decir, dinero y mecanismos que la permitan funcionar es como si nunca hubiese existido. 


Ha surgido en nuestras cámaras legislativas un proyecto que ha recibido media sanción y se ha conocido en primera lectura en el Senado, por lo que este proyecto interesante sería ley prontamente. El Senado acogió para estudio de la Comisión de Hacienda el proyecto de ley que dispone reducir las exenciones excesivas y otros beneficios otorgados por el Estado, a fin de dedicar esos recursos a la educación, acorde con el 4% estipulado en la Ley 66-97, según la pieza sometida por el senador Adriano Sánchez Roa.


"El Estado dominicano otorga beneficios, incentivos y exenciones fiscales y arancelarios a los diferentes sectores económicos, comerciales, sociales y otros empresariales, por un valor total anual aproximado en 115,275 millones de pesos, equivalente al 5.8% el PIB", dice el quinto considerando de la pieza legislativa.


El proyecto, enviado a la Comisión Permanente de Hacienda, dispone que el 100% de los valores reducidos, es decir 57,637 millones de pesos, se destinen al financiamiento de la educación, por lo cual encarga a los ministerios de Hacienda y Educación de la ejecución. De ahí que la iniciativa en su primer artículo "reduce de 5.8% a 2.9 % del Producto Interno Bruto (PIB) los beneficios, incentivos y exenciones fiscales y arancelarios a otorgados por el Estado dominicano a los diferentes sectores económicos, empresariales, comerciales, zonas francas, turísticas, metalúrgicas, energéticas e industriales del país", dice el promotor del proyecto.


 

Deseo, antes de concluir, alabar la labor educativa de la Universidad Nacional Evangélica. Esta universidad ha sufrido una revolución educativa, invirtiendo en tecnología de punta aplicada a la educación y formando profesores cada vez más calificados. Esta universidad es un ejemplo a seguir en nuestro país, e invito a las demás a invertir en la educación, o lo que es lo mismo, en la calidad del servicio que prestan. 

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