viernes, 9 de diciembre de 2011

El propósito de Dios en las generaciones



Pastor Luís Reyes

Dios es el Dios de las generaciones y estampa su marca de destino en hombres y mujeres que le obedecen en cada generación. El cántico del salmista proclama: “el hace memoria de su pacto perpetuamente, y de la palabra que él mandó para mil generaciones; del pacto que concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac, el cual confirmó a Jacob por estatuto, y a Israel pacto sempiterno” (1 Cron. 16:15-17 y Sal. 105:8-10). “Generación a generación celebrará tus obras, y anunciara tus poderosos hechos” (Sal. 145:4) y reitera: “tu reino es reino de todos los siglos, y tu señorío en todas las generaciones” (Sal.145:13).

LAS GENERACIONES EN LA VIDA BIBLICA
Las generaciones de Adán detalladas en Gen. 5:1-32, tiene un doble propósito, 1ro. Demostrar que seres humanos reales vivieron sobre la tierra antes del diluvio; y 2do. Comprobar su muerte física como resultado del cumplimiento del juicio de Dios de Gen. 3:14-19.

 Las generaciones que descienden de Noé, que se constituyeron en naciones, según Gen. 10:1-32. El cuadro de las naciones se presenta desde el punto de vista de un autor que vive varios siglos después del diluvio, y que apunta a incipientes grupos étnicos.

El detalle generacional mas largo de la Biblia (que se encuentra en 1 Cron. Caps. 1-9), constituye un importante fundamento para la historia de la dinastía davídica de Judá; la genealogía de David hasta Adán, acto que incluye a aquellos que al entender del cronista tienen relevancia. 

Las generaciones de los que volvieron del cautiverio de Babilonia con Zorobabel en Esdras 2:1-62, y los que regresaron con Esdras en los días del Imperio Medo Persa, (Esdras 8:1-20). 7. Las generaciones de Jesucristo de Mat. 3:1-17 y de Luc. 3:23-38.

El Señor ha inspirado a su iglesia al servicio generacional (Lucas 19:10). El salmista proclama: “Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente, en el día de tu poder”. (Sal. 110:3). Jesús está coronado a la diestra del padre.

Como iglesia gloriosa tenemos que cumplir con el Señor, su refrescante presencia nos ha inundado para ser testigos de su amor en la presente generación. Cual heraldos fieles, proclamemos las buenas noticias de salvación a todos aquellos que quieren lavar sus pecados en la sangre purísima del Cordero de Dios. (Juan 1:29). Dios te bendiga.

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