Pastor Luis Reyes. |
La Biblia es una
carta de amor que Dios nos ha enviado con tal delicadeza que se tomó dieciséis
siglos para revelarla al hombre. Lo que significa que usó vasos de varias
generaciones para dar a conocer esa carta de amor, cuyo gran tema es
Jesucristo, su hijo eterno.
No envió su Palabra
a elefantes ni a cocodrilos, tampoco a tiburones ni a delfines, ni a palomas ni
a cuervos, sino al hombre creado a su imagen y semejanza (Gn. 1:26-27). La
humanidad de cada generación es la destinataria de la carta del Reino,
constitución universal y rollo de los siglos. La Biblia, es para ti, es para
mí, es para ellos, es para nosotros, es para aquellos, es para todos.
EL ANTIGUO
TESTAMENTO CONTIENE VARIAS DIVISIONES
La Ley
(Génesis-Deuteronomio). La historia de cómo comenzó el mundo y de cómo cayó la
primera pareja humana en el pecado, y de cómo Dios comenzó a edificar la nación
de Israel a quien le dio sus decretos y leyes, a través de quien planeó salvar
a la humanidad. Historia de Israel (Josué-Esther). Un documento de cómo Israel
obtuvo la tierra prometida y de cómo era subyugada por sus enemigos a causa de
su desobediencia. Sin embargo, Dios siempre cumple sus promesas y restauraba la
nación y le permitía volver a empezar. Poesía y Sabiduría (Job-Cantares).
Observaciones de cómo vivir de la mejor manera al caminar con Dios. Los
profetas (Isaías-Malaquías). Mensajes de esperanza con desafíos para el pueblo
de Dios, especialmente por medio de la esperanza en el Mesías que habría de
venir.
NUEVO TESTAMENTO
Evangelios
(Mateo-Juan). Escritos sobre la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, el
Mesías prometido en el Antiguo Testamento. Hechos. La historia de cómo los
seguidores de Jesús comenzaron a difundir su mensaje en todo el mundo. Las
Cartas Apostólicas (Romanos-Judas). Escritos a las iglesias nacientes, donde se
explica la fe cristiana y cómo aplicarla a la vida diaria. Apocalipsis. Un
vislumbre del plan de Dios para destruir la maldad y crear un nuevo mundo.
LAS ESCRITURAS. Todo
lo que la Biblia dice acerca de Dios se puede situar bajo dos categorías: 1. Su
obra en la creación (Gn. 1 y 2). 2. Su obra en la redención (Gn. 3; Ap. 22). La
necesidad de redención (Gn. 3:1-14), la promesa de redención (Gn.3:15), la
preparación para la redención (Gn. 3:16; Mal. 4:6), la plenitud de la redención
(Nuevo Testamento, Mt. 1:1; Ap. 22:21).
El Antiguo
Testamento registra la preparación para Cristo. Los evangelios registran la
manifestación de Cristo. Hechos de los apóstoles registra la propagación de
Cristo. Las epístolas registran la interpretación de Cristo. El Apocalipsis
registra la coronación de Cristo.
En cuanto a su
inspiración, 2 de Ti. 3:16 dice que toda escritura es inspirada por Dios. No
significa que Dios les dio ideas a los escritores, no significa que Dios les
dictó para que ellos escribieran. Inspirado: es dado por el aliento de Dios,
Dios exhaló sus palabras e hizo que los escritores la aspiraran, y guió sus
pensamientos para que escribieran exactamente lo que Dios quiso que ellos
escribieran. La Biblia no es una simple historia, cultura o información, es la
palabra de Dios revelada.
Dios se revela a si
mismo en la Biblia y nos muestra cómo Él es. En la Biblia se revelan cuatro
cosas sobre Dios: 1. Su corazón: cómo es Dios, y no como la gente lo imagina o
teme que sea. 2. Sus caminos: cómo son diferentes de los caminos humanos y cómo
pueden cambiarnos para bien. 3. Su plan: la manera en que Dios está obrando
para corregir el caos a que el pecado ha sometido al hombre sin Dios. 4. Su
desafío: cómo él ve el corazón de las personas y les dice que es posible
cambiar.
PARTICULARIDADES DE
LA PALABRA DE DIOS
Es llamada: Ley del
Señor (Sal. 1:2), Escrituras (Jn. 5:39), Escrituras Santas (Rm. 1:2), Palabra
de Dios (He. 4:12), Palabra (Stg. 1:21-23), Palabra de Vida (Fil. 2:16), Libro
(Ap. 22:19).
Es descrita como:
sumamente pura (Sal. 119:140), perfecta (Sal. 19:7), segura (Sal. 111:7-8),
verdad (Jn. 17:17), eterna (Mt.24:35), efectiva (Is. 55:11), santificadora (Ef.
5:25-26), armoniosa (Hch. 15:6-12), inspirada (2P. 1:21), viva y eficaz (He. 4:12), espíritu y vida (Jn. 6:63), el
que es de Dios la oye (Jn. 8:47).
Es comparada con:
lámpara (Sal. 119:105), fuego (Jer. 5:14), martillo (Jer. 23:29), semilla (Lc.
8:11), espada (Ef. 6:17), miel (Sal. 19:8-11), rollo (Ez. 2:8; 4:3), pan (Mt.
4:4), luz (Sal. 36:9). Leche (1P. 2:2), espejo (Sgo. 1:23 y 25), trigo (Jer.
23:28).
La palabra de Dios
es el agente de la sanidad; como dice el salmista: envió su palabra y los sanó,
y los libró de su ruina (Sal. 107:20); de la liberación, en palabras del Señor
dice el apóstol Juan:” y conoceréis la verdad y la os hará libres” (Jn. 8:32).
La Biblia es agente iluminadora, la exposición de tus palabras alumbra, hace
entender a los simples (Sal. 119:130). También agencia la producción de fe, así
que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Rm. 10:17). Es
agente de la regeneración, Él, de su voluntad, nos hizo hacer por la palabra de
verdad, para que seamos primicias de sus criaturas (Stg. 1:18). Agencia la
exhortación (2 Ti 4:2), el aumento de sabiduría (2 Ti. 3:15), la enseñaza al
redargüir, la corrección y la institución en justicia (2 Ti. 3:16), su
ministración lleva al hombre a la perfección espiritual, lo equipa, prepara y
entrena para toda buena obra (2 Ti. 3:17). La palabra de Dios agencia el gozo y
la alegría en el corazón del hombre, el profeta Jeremías dice: y yo las comí y
tu palabra me fue por gozo y por alegría a mi corazón (Jer. 15:16).
LAS CUATRO
CARACTERISTICAS DE LA PALABRA DE DIOS
Autoridad: la autoridad
de la palabra de Dios quiere decir que todas la palabras de la Biblia son
palabras de Dios de tal manera que no creer o desobedecer a las Escrituras, es
no creer o desobedecer a Dios. El “así dice el Señor” en el Antiguo Testamento
está cargado de autoridad. La palabra en labios de Jesús alcanza el nivel mas
alto de autoridad y la delegación de autoridad a sus apóstoles es efectiva.
(Jer. 1:9, Jn. 6:63, 2 P. 3:16 y 2 Ti. 3:16-17).
Claridad: la Biblia
es un libro fácil de entender con toda la claridad, impregnada por el Espíritu
Santo mediante su iluminación (Sal. 119:130 y Pr. 6:23). La claridad comprende
que la Biblia está escrita de tal manera que sus enseñanzas pueden entenderlas
todos los que la leen, buscando ayuda del Espíritu Santo y estando dispuestos a
seguirla. Muchos no la entendieron en los días bíblicos porque se estaba
completando como es el caso de los discípulos. Hoy no es comprendida por muchos
por falta de dedicación a su estudio y falta de iluminación, que se busca en
oración. Nos equivocamos porque hacemos afirmaciones donde la Biblia hace
silencio (Dt. 29:29), y porque interpretamos el texto fuera de su contexto.
Necesidad: tener
necesidad de la Biblia quiere decir que la necesitamos para conocer el
evangelio de Jesucristo, para mantener la vida espiritual y para conocer la
voluntad de Dios. No la necesitamos para saber que Dios existe, ni para conocer
sus leyes morales, las cuales el puso en nuestras conciencias.
Necesitamos la
Biblia para conocer el evangelio (Rm. 10:13-17), para mantener la vida
espiritual (Jn. 6:35 y 48), para nuestro crecimiento espiritual (2 P. 2:2);
necesitamos la Biblia para conocer la voluntad de Dios (Jn. 17:3). No conocemos
a Dios por la conciencia, ni por el razonamiento, ni por el sentido común, ni
por consejos, ni por circunstancias cambiantes, ni por profecía, ni por
sentimientos y emociones. Solo le conocemos por la palabra de cuya necesidad
tenemos todos.
Suficiencia:
significa que la Biblia es la palabra de Dios que él quiso que el hombre
tuviera en cada etapa de la historia de la redención, y que contiene todo lo
que necesitamos que Dios nos diga para salvación, para confiar en él y
obedecerle perfectamente. La Biblia es suficiente. No necesitamos buscar o
depender de otras
fuentes. Solo la
Biblia es la perfecta revelación de Dios para el hombre, lo demás es filosofía
de manufactura humana. (2 Ti. 3:16-17).
EL PODER DE LA
PALABRA
Vivimos en un mundo
donde la gente busca nuevas fuentes de poder, para producir energía, poder
social, político, psíquico y mágico, poder para destruir, poder para demostrar
y poder del dinero, etc. Pero el poder de la palabra de Dios es el poder mayor.
El profeta Isaías dice: porque como desciende de los cielos la lluvia y la
nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra
que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y
será prosperada en aquello para que la envíe. (Is. 55:10-11). Donde se predica
la palabra bien predicada, Jesucristo mismo está siendo revelado y su presencia
es una constante verdadera. Él es la palabra humanizada, es el Señor de las
escrituras porque fue mas allá de la palabra revelada a los profetas, él es el
Verbo de Dios (Jn. 1:1). El Señor dijo: toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra (Mt. 28:18). El poder del Señor de la palabra y de la palabra misma,
supera todo poder humano y del reino de la oscuridad.
La palabra de Dios
tiene poder para crear, como en el principio que todo fue creado por la palabra
de Dios, de lo que no se veía (Gn. 1:3-31 y He. 11:3); la palabra tiene poder
para arreglar lo dañado y enderezar lo torcido.
REFLEXÍON PASTORAL
Como iglesia
verdadera tenemos que volver a la palabra de Dios desechando la teología
folklórica, teología comercial y la teología humanista, porque somos el pueblo
del Libro. Jesús dijo: escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece
que en ellas tenéis vida eterna, y ella son las que dan testimonio del mí (Jn.
5:39). Pedro dice: si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si
alguno ministra, ministre conforme al
poder que Dios da (P. 4:11).el mandamiento del Señor es escudriñar las Palabra
y hablar conforme a ella en todo tiempo, en la devoción personal, familiar, y
congregacional; en la liturgia cultual, y en los medios de comunicación. Así
como en el trabajo de campo el mensaje a proclamar debe ser con fundamento
bíblico con su correcta aplicación al mundo de hoy. Es el tiempo de proclamar
la palabra de Dios con pasión, sentimiento y determinación, a fin de que los
cristianos seamos edificados, y los pecadores sean persuadidos con el noble
mensaje del evangelio de Jesucristo.
¡Que el Espíritu
Santo fluya en nosotros mediante la revelación de la palabra de Dios! A fin de
que seamos cristianos con crecimiento escritural y dejemos el abc del evangelio
atrás, y procuremos la estatura espiritual cimera de la fe, la estatura de
varón perfecto (Ef. 4:13).
Oremos y procuremos
que en los altares de los templos de la República Dominicana reine la Biblia,
la Palabra de Dios, la única palabra que alimenta, educa e ilumina el espíritu
del hombre y le dota de la verdadera espiritualidad que lleva a vida eterna a
través de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Dios te bendiga.
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