jueves, 27 de septiembre de 2012

A PROPOSITO DE LA BÍBLIA


Pastor Luis Reyes.
La Biblia es una carta de amor que Dios nos ha enviado con tal delicadeza que se tomó dieciséis siglos para revelarla al hombre. Lo que significa que usó vasos de varias generaciones para dar a conocer esa carta de amor, cuyo gran tema es Jesucristo, su hijo eterno.
 
No envió su Palabra a elefantes ni a cocodrilos, tampoco a tiburones ni a delfines, ni a palomas ni a cuervos, sino al hombre creado a su imagen y semejanza (Gn. 1:26-27). La humanidad de cada generación es la destinataria de la carta del Reino, constitución universal y rollo de los siglos. La Biblia, es para ti, es para mí, es para ellos, es para nosotros, es para aquellos, es para todos.
EL ANTIGUO TESTAMENTO CONTIENE VARIAS DIVISIONES
La Ley (Génesis-Deuteronomio). La historia de cómo comenzó el mundo y de cómo cayó la primera pareja humana en el pecado, y de cómo Dios comenzó a edificar la nación de Israel a quien le dio sus decretos y leyes, a través de quien planeó salvar a la humanidad. Historia de Israel (Josué-Esther). Un documento de cómo Israel obtuvo la tierra prometida y de cómo era subyugada por sus enemigos a causa de su desobediencia. Sin embargo, Dios siempre cumple sus promesas y restauraba la nación y le permitía volver a empezar. Poesía y Sabiduría (Job-Cantares). Observaciones de cómo vivir de la mejor manera al caminar con Dios. Los profetas (Isaías-Malaquías). Mensajes de esperanza con desafíos para el pueblo de Dios, especialmente por medio de la esperanza en el Mesías que habría de venir.
NUEVO TESTAMENTO
Evangelios (Mateo-Juan). Escritos sobre la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, el Mesías prometido en el Antiguo Testamento. Hechos. La historia de cómo los seguidores de Jesús comenzaron a difundir su mensaje en todo el mundo. Las Cartas Apostólicas (Romanos-Judas). Escritos a las iglesias nacientes, donde se explica la fe cristiana y cómo aplicarla a la vida diaria. Apocalipsis. Un vislumbre del plan de Dios para destruir la maldad y crear un nuevo mundo.
LAS ESCRITURAS. Todo lo que la Biblia dice acerca de Dios se puede situar bajo dos categorías: 1. Su obra en la creación (Gn. 1 y 2). 2. Su obra en la redención (Gn. 3; Ap. 22). La necesidad de redención (Gn. 3:1-14), la promesa de redención (Gn.3:15), la preparación para la redención (Gn. 3:16; Mal. 4:6), la plenitud de la redención (Nuevo Testamento, Mt. 1:1; Ap. 22:21).
El Antiguo Testamento registra la preparación para Cristo. Los evangelios registran la manifestación de Cristo. Hechos de los apóstoles registra la propagación de Cristo. Las epístolas registran la interpretación de Cristo. El Apocalipsis registra la coronación de Cristo.
En cuanto a su inspiración, 2 de Ti. 3:16 dice que toda escritura es inspirada por Dios. No significa que Dios les dio ideas a los escritores, no significa que Dios les dictó para que ellos escribieran. Inspirado: es dado por el aliento de Dios, Dios exhaló sus palabras e hizo que los escritores la aspiraran, y guió sus pensamientos para que escribieran exactamente lo que Dios quiso que ellos escribieran. La Biblia no es una simple historia, cultura o información, es la palabra de Dios revelada.
Dios se revela a si mismo en la Biblia y nos muestra cómo Él es. En la Biblia se revelan cuatro cosas sobre Dios: 1. Su corazón: cómo es Dios, y no como la gente lo imagina o teme que sea. 2. Sus caminos: cómo son diferentes de los caminos humanos y cómo pueden cambiarnos para bien. 3. Su plan: la manera en que Dios está obrando para corregir el caos a que el pecado ha sometido al hombre sin Dios. 4. Su desafío: cómo él ve el corazón de las personas y les dice que es posible cambiar.

PARTICULARIDADES DE LA PALABRA DE DIOS
Es llamada: Ley del Señor (Sal. 1:2), Escrituras (Jn. 5:39), Escrituras Santas (Rm. 1:2), Palabra de Dios (He. 4:12), Palabra (Stg. 1:21-23), Palabra de Vida (Fil. 2:16), Libro (Ap. 22:19).
Es descrita como: sumamente pura (Sal. 119:140), perfecta (Sal. 19:7), segura (Sal. 111:7-8), verdad (Jn. 17:17), eterna (Mt.24:35), efectiva (Is. 55:11), santificadora (Ef. 5:25-26), armoniosa (Hch. 15:6-12), inspirada (2P. 1:21), viva y eficaz  (He. 4:12), espíritu y vida (Jn. 6:63), el que es de Dios la oye (Jn. 8:47).
Es comparada con: lámpara (Sal. 119:105), fuego (Jer. 5:14), martillo (Jer. 23:29), semilla (Lc. 8:11), espada (Ef. 6:17), miel (Sal. 19:8-11), rollo (Ez. 2:8; 4:3), pan (Mt. 4:4), luz (Sal. 36:9). Leche (1P. 2:2), espejo (Sgo. 1:23 y 25), trigo (Jer. 23:28).
La palabra de Dios es el agente de la sanidad; como dice el salmista: envió su palabra y los sanó, y los libró de su ruina (Sal. 107:20); de la liberación, en palabras del Señor dice el apóstol Juan:” y conoceréis la verdad y la os hará libres” (Jn. 8:32). La Biblia es agente iluminadora, la exposición de tus palabras alumbra, hace entender a los simples (Sal. 119:130). También agencia la producción de fe, así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Rm. 10:17). Es agente de la regeneración, Él, de su voluntad, nos hizo hacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas (Stg. 1:18). Agencia la exhortación (2 Ti 4:2), el aumento de sabiduría (2 Ti. 3:15), la enseñaza al redargüir, la corrección y la institución en justicia (2 Ti. 3:16), su ministración lleva al hombre a la perfección espiritual, lo equipa, prepara y entrena para toda buena obra (2 Ti. 3:17). La palabra de Dios agencia el gozo y la alegría en el corazón del hombre, el profeta Jeremías dice: y yo las comí y tu palabra me fue por gozo y por alegría a mi corazón (Jer. 15:16).
LAS CUATRO CARACTERISTICAS DE LA PALABRA DE DIOS
Autoridad: la autoridad de la palabra de Dios quiere decir que todas la palabras de la Biblia son palabras de Dios de tal manera que no creer o desobedecer a las Escrituras, es no creer o desobedecer a Dios. El “así dice el Señor” en el Antiguo Testamento está cargado de autoridad. La palabra en labios de Jesús alcanza el nivel mas alto de autoridad y la delegación de autoridad a sus apóstoles es efectiva. (Jer. 1:9, Jn. 6:63, 2 P. 3:16 y 2 Ti. 3:16-17).
Claridad: la Biblia es un libro fácil de entender con toda la claridad, impregnada por el Espíritu Santo mediante su iluminación (Sal. 119:130 y Pr. 6:23). La claridad comprende que la Biblia está escrita de tal manera que sus enseñanzas pueden entenderlas todos los que la leen, buscando ayuda del Espíritu Santo y estando dispuestos a seguirla. Muchos no la entendieron en los días bíblicos porque se estaba completando como es el caso de los discípulos. Hoy no es comprendida por muchos por falta de dedicación a su estudio y falta de iluminación, que se busca en oración. Nos equivocamos porque hacemos afirmaciones donde la Biblia hace silencio (Dt. 29:29), y porque interpretamos el texto fuera de su contexto.
Necesidad: tener necesidad de la Biblia quiere decir que la necesitamos para conocer el evangelio de Jesucristo, para mantener la vida espiritual y para conocer la voluntad de Dios. No la necesitamos para saber que Dios existe, ni para conocer sus leyes morales, las cuales el puso en nuestras conciencias.
Necesitamos la Biblia para conocer el evangelio (Rm. 10:13-17), para mantener la vida espiritual (Jn. 6:35 y 48), para nuestro crecimiento espiritual (2 P. 2:2); necesitamos la Biblia para conocer la voluntad de Dios (Jn. 17:3). No conocemos a Dios por la conciencia, ni por el razonamiento, ni por el sentido común, ni por consejos, ni por circunstancias cambiantes, ni por profecía, ni por sentimientos y emociones. Solo le conocemos por la palabra de cuya necesidad tenemos todos.
Suficiencia: significa que la Biblia es la palabra de Dios que él quiso que el hombre tuviera en cada etapa de la historia de la redención, y que contiene todo lo que necesitamos que Dios nos diga para salvación, para confiar en él y obedecerle perfectamente. La Biblia es suficiente. No necesitamos buscar o depender de otras
fuentes. Solo la Biblia es la perfecta revelación de Dios para el hombre, lo demás es filosofía de manufactura humana. (2 Ti. 3:16-17).
EL PODER DE LA PALABRA
Vivimos en un mundo donde la gente busca nuevas fuentes de poder, para producir energía, poder social, político, psíquico y mágico, poder para destruir, poder para demostrar y poder del dinero, etc. Pero el poder de la palabra de Dios es el poder mayor. El profeta Isaías dice: porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envíe. (Is. 55:10-11). Donde se predica la palabra bien predicada, Jesucristo mismo está siendo revelado y su presencia es una constante verdadera. Él es la palabra humanizada, es el Señor de las escrituras porque fue mas allá de la palabra revelada a los profetas, él es el Verbo de Dios (Jn. 1:1). El Señor dijo: toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra (Mt. 28:18). El poder del Señor de la palabra y de la palabra misma, supera todo poder humano y del reino de la oscuridad.
La palabra de Dios tiene poder para crear, como en el principio que todo fue creado por la palabra de Dios, de lo que no se veía (Gn. 1:3-31 y He. 11:3); la palabra tiene poder para arreglar lo dañado y enderezar lo torcido.
REFLEXÍON PASTORAL
Como iglesia verdadera tenemos que volver a la palabra de Dios desechando la teología folklórica, teología comercial y la teología humanista, porque somos el pueblo del Libro. Jesús dijo: escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ella son las que dan testimonio del mí (Jn. 5:39). Pedro dice: si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme  al poder que Dios da (P. 4:11).el mandamiento del Señor es escudriñar las Palabra y hablar conforme a ella en todo tiempo, en la devoción personal, familiar, y congregacional; en la liturgia cultual, y en los medios de comunicación. Así como en el trabajo de campo el mensaje a proclamar debe ser con fundamento bíblico con su correcta aplicación al mundo de hoy. Es el tiempo de proclamar la palabra de Dios con pasión, sentimiento y determinación, a fin de que los cristianos seamos edificados, y los pecadores sean persuadidos con el noble mensaje del evangelio de Jesucristo.
¡Que el Espíritu Santo fluya en nosotros mediante la revelación de la palabra de Dios! A fin de que seamos cristianos con crecimiento escritural y dejemos el abc del evangelio atrás, y procuremos la estatura espiritual cimera de la fe, la estatura de varón perfecto (Ef. 4:13).
Oremos y procuremos que en los altares de los templos de la República Dominicana reine la Biblia, la Palabra de Dios, la única palabra que alimenta, educa e ilumina el espíritu del hombre y le dota de la verdadera espiritualidad que lleva a vida eterna a través de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Dios te bendiga.

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