Emilia de la Cruz |
Amado lector, si alguna vez has leído Isaías 41, te
habrás dado cuenta que en estos versículos
Jehová se refiere al ser humano como alguien que necesita su protección y su
cuidado; lo lleva a reflexionar en las cosas que ha hecho con la intención de
que el hombre entre en confianza y pueda abandonarse en sus manos. Le recuerda que desde la fundación del mundo
lo ha escogido y lo ha considerado suyo, le da a entender que está atento a sus
cosas, que puede estar tranquilo; lo llama “gusano”, en el versículo 14,
refiriéndose a su debilidad y a lo vulnerable que puede ser; sin embargo, lo
acompaña de la palabra “no temas”… soy tu socorro… soy tu redentor.
Si alguna vez pronuncias la palabra “gusano” para
referirte a quien eres en la presencia del Señor, y lo haces con el sentido de
la extrema humildad, para significar que eres inmerecedor de su gracia, está
bien; sin embargo, no cometas el error de describirte como tal fuera de ese
contexto, puesto que aun al débil El lo llama a considerarse fuerte (Joel 3:10
parafraseado) y, si alguna vez te has sentido como una masa invertebrada que se
rastra por doquier, que solo come y produce desprecio, quiero que recuerdes que Jesús murió en la
cruz del calvario para darte vida, para que te atrevas a pasar de la oruga a la
bella mariposa, que en lugar de rastrarse se coloca por encima de todo,
modelando sus preciosas alas y embelleciendo el paisaje, trasladándose
libremente de un lugar a otro sin que nadie se lo impida.
Por otro lado, la Biblia en 1 Pedro capitulo 2, llama al
ser humano a desechar las cosas que no son del agrado de Dios, lo llama a
desear las cosas buenas, a seguir las pisadas de Jesús, a andar como El anduvo,
a reconocer quien es para El.
Específicamente en el versículo 9 dice “Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”; entonces, no eres parte de cualquier
pueblo sino de pueblo de Dios, de su descendencia, escogido por El para hablar
al mundo de sus buenas obras.
Por todo lo anterior, es necesario que recuerdes que no
eres “gusano” para menospreciarte y dejar de alcanzar las cosas de las alturas,
sino para entender que tu vida depende del Dios de Jacob, que solo por su
misericordia existes; tampoco te veas como linaje escogido para no querer entrar
en contacto que aquellos que no han conocido a Dios, sino para alcanzarlos y
producir en ellos un cambio en su forma
de vivir.
En su presencia eres alguien en quien El presta toda su
atención y oído; un ser que ha sido redimido, transformado, a quien El guía, de
quien se ocupa; quien provoca respuesta oportuna porque se presenta ante su
padre con un corazón sincero, humilde, confiando en que todo lo puedes en aquel
que te llamo, te escogió, te adquirió y te recuerda hoy que eres una nación
santa y que como tal has de vivir.
No te desenvuelvas
como gusano, vive como linaje escogido!
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