Pastor Antonio-Sócrates-Regalado
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No temas,
porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías
41:10.
Si hay algo
que batalla duro contra la fe es “el dios de este mundo”, el cual tiene una
estructura montada de tal manera que pelea con todo lo que tiene a su alcance
para que nadie pueda alcanzar, si fuera posible, las riquezas de la Gracia de
Cristo.
El Señor
advierte sobre este fenómeno pernicioso y “padre de toda mentira”, nos alerta
acerca de sus actividades ocultas y vergonzosas hechas con astucia, haciendo
actos destructivos en la conciencia humana que van dejando consecuencias y pretensiones
de adulterar el mensaje que cambia y transforma a la humanidad para bien,
diciendo a esa franja de personas dañadas por las artimañas del error, lo
siguiente: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios”. 2 Corintios 4:4.
Cada vez que
escuchamos de violaciones a jóvenes y niñas, de la desintegración familiar y
distorsiones sociales en el orden moral y político que poco a poco van
devaluando los valores espirituales de la familia en “este siglo”, vemos al
mismo tiempo a Dios obrando con poder para proteger Su Creación, porque “Cuando
el pecado abundó, sobreabundó la Gracia”. Romanos 5:20
Esa confusión
que abre la frontera a la descomposición social de los valores de la parentela,
es la que va socavando el terreno de un mundo que se hunde y se envuelve cada
día más en cosas no establecidas por Dios, y es que cuando el hombre da paso a
prácticas desleales que el Señor nunca recomendó, empieza a salirse de los
carriles del tren del progreso, del bienestar común y la prosperidad que Dios
le regaló como parte de sus bendiciones.
Gracias a
Dios que nos asiste mediante su manual y legado, la Palabra, y nos da esfuerzo,
ayuda, sustento y victoria, nos levanta y está con nosotros en medio del
desbarajuste de un mundo hostil y contrario al desarrollo y buen funcionamiento
familiar, que hiere muchas veces con aversión y alevosía al prójimo.
Dice el Señor
en Su Palabra, "La bendición de Dios es riqueza que viene libre de
preocupaciones". Proverbios 10:22. Biblia Traducción en lenguaje actual.
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