martes, 20 de diciembre de 2011

De Belén al Reino



Pastor Luis Reyes


La Estrella de la Mañana brillo en Belén. Con el nacimiento de Jesús en Belén de Judea, se activó el cumplimiento profético de la anunciación del Mesías en el Antiguo Testamento que, durante su vida en la tierra y ascensión a los cielos, comprende 268 profecías cumplidas.

Belén es símbolo de la expresión mas sublime de amor manifestado por el Padre al enviarnos a su Hijo amado para ser como uno de nosotros en este mundo (Jn 3:16). El cielo beso  la tierra en Belén cuando el unigénito del Padre nació en un pesebre (Lc 2:7); los angelitos del cielo en fiesta alegraron los corazones de los hombres al entonar el cantico “In Gloris Excelsis” en los campos de Belén (Lc. 2:13-14).

La sublime manifestación del Mesías entre los hijos de los hombres, se produjo en el contraste de la humildad y la grandeza, sobrenaturalidad y gloria proclamada. La belleza de Belén es Jesús, la hermosura radiante de aquella noche de paz es Jesús. Él es la razón que une el polvo de sus pies (Is. 66:1). Los pastores le ofrecieron su adoración (Lc. 2:15-20), y los sabios del oriente presentaron sus dones (Mt. 2:11). En Belén, nació el amor, nació la esperanza de los hombres. En Belén brilló la luz eterna (Jn 8:12). Nació el sol de justicia para irradiar el caliente del amor de Dios a los corazones de los hombres (Mal. 4:2).

La sobrenaturalidad de su presentación en el templo de Jerusalén (Lc. 2:21-38), y sabiduría e inteligencia de adolescente (Lc. 2:46-47), son piedras preciosas del Reino, pinceladas solemnes de su sagrada presencia entre los hombres.  Leer mas....

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