sábado, 4 de febrero de 2012

Comunidad evangélica en ultramar‏

La comunidad evangélica dominicana en el extranjero se encuentra en un progresivo crecimiento, especialmente en Nueva York, Massachusetts, Florida, el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Connecticut, entre otros Estados de la Nación Americana.
 
Se conoce además, que en el Continente Europeo es de mucha consideración el empuje que en los últimos años acompaña el avance de la Iglesia con pastores y líderes de origen dominicano.
 
Por mucho tiempo los políticos dominicanos especialmente aquellos que han optado por alcanzar la presidencia de la república por medio del lanzamiento de candidaturas presidenciales, han olvidado esa parte de la población, por cierto muy considerable, que vota en las elecciones,  voto que cuenta, y es muy valioso.
 
Elecciones van y vienen en la república dominicana, y ningún precandidato, al menos en los años que sirvo a Dios como pastor{10} he escuchado que se tome en cuenta a nuestra gente en ultramar, no he oído ninguna propuesta para nosotros, nadie nunca se ha interesado en dar a conocer su programa de gobierno a esta inmensa y fecunda colectividad. 
 
Esa indiferencia podría tener una respuesta contundente para cualquiera de los candidatos, porque ellos podrían convertirse en un residuo político sin importancia y de poco valor, como hasta ahora lo ha sido, y se perderían de contar con una votación masiva y que traería esperanza y bendiciones a sus pretensiones, de llegar a alcanzar el poder.
 
Pero además, se pierden la oportunidad de que un universo de personas se pongan a la orden para orar a favor de ellos para que Dios les ayude a concretizar su proyecto político.
 
Están tan olvidados, que ni siquiera nos toman en cuenta a la hora de confeccionar el programa de gobierno por el cual quieren dirigir a la nación, y no se acuerdan que antes los gobernantes eran los hijos de Dios, y ponemos como ejemplo el reinado de David, 40 años gobernó David en Israel, años de abundancia y prosperidad, de felicidad y crecimiento, de una distribución equitativa de las riquezas, un líder prestigioso que supo forjar al pueblo de una sana economía, lo que demuestra que los hijos de Dios sabemos gobernar.
 
Discriminar a un pueblo bendecido que ha sido formado para ser bendición es un error de esa clase política ciega, y que solo ha sabido buscar lo suyo{dame lo mio}, que en 50 años ha sumido al país en la pobreza y el atraso, excepto los siete meses de Don Juan.
 
Dios continúe bendiciendo nuestra patria.
 
Pastor Antonio Regalado
 

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