miércoles, 23 de enero de 2013

EL SEÑOR LLAMA A SU PUEBLO A UNA NUEVA CONQUISTA DE AMOR.


Por: Margarita García
Comienza un nuevo año y tenemos que seguir confiando en la fortaleza de Dios mirando al futuro con sueños renovados no precisamente olvidando el pasado, sino con la esperanza, la certeza y la seguridad de que es mucho mejor lo que Dios nos tiene preparado para este comienzo del año 2013.
 
Preparémonos para comenzar y seguir el curso del nuevo año, que nos espera con fe, más allá de los pensamientos que a veces intentan desanimarnos debemos levantarnos y confiar en que Dios ha tenido el control de nuestras vidas.
 
Año 2013, tiempo de buscar su presencia, acercarnos más a Dios, enamorarnos y apasionarnos de su gloria, año de fe, prudencia, sabiduría, paz, promesas de bendiciones, eso es lo que Dios ha mandado a decirnos, propugnar porque nos arrepintamos, que busquemos su rostro, ir a la calle a evangelizar su palabra, un pueblo que vele por su venida, pura. Limpia y sin mancha, es el tiempo y la hora que debemos mirar a Dios como nunca antes, reconocer los días en que vivimos, ver que las profecías se cumplen en cada momento, que la tierra está gimiendo por la proclamación de los hijos de Dios. Este es el año donde cada creyente debe tomar el espejo y mirarse a cara descubierta si verdaderamente es un portador de su gloria. De modo que si alguno está en cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Tabernáculo prensa de Dios asume un compromiso delante de Dios, y es remover profundamente a las iglesias para  encontrar gente que esté dispuesta a clamar a Dios, un remanente en el cuerpo de Cristo que esté diciendo “yo necesito más de Dios.”
 
Para esta época del año estamos acostumbrados a escuchar de nuestros familiares y amigos un largo listado de metas que desean cumplir, objetivos que desean alcanzar: realizar un curso técnico, perder peso, mudarse a una nueva casa, etc. Los hijos del Altísimo tenemos una ventaja enorme sobre todos aquellos que no conocen al Señor, es que nuestra lista de prioridades ha quedado establecida desde antes de la fundación del mundo, el Creador diseñó esa lista y nos la hizo llegar a través de aquellos hombres que tomaron la sapientísima decisión de perder sus vidas a favor de la obra de Dios, lista esta que fue culminada y sellada por la venida de Cristo, su crucifixión, muerte resurrección y posterior ascensión a la diestra del padre… entonces y para siempre la obra quedó consumada, el camino quedó trazado para que lo recorramos y por ende la lista de nuestras prioridades para este y todos los años que el Señor nos permita habitar en la tierra, es una lista sagrada y repleta de bendiciones.
 
Una lista que comienza con el amor a nuestro Señor, amor a nuestros semejantes, la unidad del cuerpo de Cristo en cada una de las iglesias que predican el evangelio, edificar fortalezas de esperanza y fe, tejer con la palabra de Dios grandes mantos de sanidad, misericordia y bondad con los cuales cubrir a los necesitados, con los cuales cobijar a aquellos que se encuentran perdidos y para quienes la palabra de Dios es locura, afianzar nuestra labor en el Señor y nunca sentirnos satisfechos con los logros alcanzados ni sentirnos conformes con las almas rescatadas mediante la comunicación de la palabra sino más bien sentirnos renovados con cada ladrillo empalmado en nuestras edificaciones de fe, sentirnos regocijados y llenos de júbilo con cada semilla que sembremos en el inmenso jardín de amor que el Señor nos ha reglado y permanecer alegres de saber que estamos acumulando riquezas donde la polilla no puede corromperlas, justo al lado de la gracia divina de nuestro Señor.
 
Este año hermanos, brindemos amor de la manera mas eficaz que podemos hacerlo, recordemos a nuestros semejantes que en cada lista de metas y objetivos para el año 2013 tenemos que insertar en primer lugar que debemos afianzar nuestra relación con nuestro Creador, que es la única meta que nos permitirá alcanzar todas las demás y nos dará la verdadera satisfacción de cumplir la mejor de las misiones, esto es compartir la vida eterna con todo el mundo, con toda la humanidad a la cual Dios amó y ama de tal manera que le ha regalado la salvación y la mejor de las metas que es la vida eterna. 

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