jueves, 12 de septiembre de 2013

SOBRIOS O EBRIOS

Pastor, Dr. José Alexis Cedeño G.
Note la intensidad con que el Apóstol Pedro hace un llamado a la sobriedad. – Sobrio contrario a ebrio. Mientras que el ebrio nos habla de una falta de equilibrio, el sobrio nos habla de vivir de manera equilibrada.
 
1 Pedro 1:13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
 
1 Pedro 4:7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.  
 
1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
 
Por naturaleza el ser humano tiende a estar en los extremos, lo cual también es notable en la vida cristiana. Los escribas y fariseos en la etapa introductoria del ministerio de Jesús, muy conocedores de las Escrituras perdieron la perspectiva del espíritu de la letra y evidenciaban externamente “su santidad” con anchas filacterias y largos flecos indicadores de lo santo que ellos se consideraban.
 
Jesús les llamó a la sobriedad, al equilibrio… “y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”. Mateo: 23 23b.
 
Hoy igual que antes encontramos a unos en un extremo y a otros en el otro, ninguno de los dos extremos es bueno, SED SOBRIOS, el evangelio de Cristo son buenas noticias, totalmente fundamentado en el amor lo cual no implica dejar la corrección; sin embargo desde la perspectiva del amor, conscientes que el único que genera cambios verdaderos y permanentes es el Señor Espíritu Santo.
 
Ebrios de mostrar poder, de mostrar autoridad en su fuerza, los modernos escribas y fariseos parados en este extremo para quienes todo lo que otros hacen es pecado, hacer y dejar de hacer se resume en la simple razón de la letra de la Palabra, para ellos eso es la santidad; igual pierden la perspectiva de la justicia, la misericordia y la fe.  Los ebrios parados en el otro extremo, de que todo es permitido pues el Dios de amor nos ha dado de Su gracia y sin importar nuestro comportamiento, Dios nos mantiene en el “cuenco de Su mano” y nadie puede arrebatarlos de ahí. De la misma forma pierden la perspectiva de la justicia, la misericordia y la fe.
 
Ambos parados en La Palabra sólo que unos en un extremo y otros en el otro.
 
Ante éstas razones es valioso preguntarnos ¿Dónde estamos parados?, ¿somos útiles en el avance del Evangelio? o ¿Estamos deteniendo la obra de Dios por causa de nuestro ego dogmático? ¿Hemos olvidado que la tarea suprema de la Iglesia es La predicación del Evangelio? No ganar pleitos sino ganar almas.
 
SOBRIOS…Dios cuenta con nosotros.

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