Dr. Nestor Saviñón
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No hay manera
de explicar qué es la República Dominicana, ni cuáles son sus metas ni donde
desea llegar sin mencionar el nombre del hombre que lo dio todo por la
independencia de la antigua parte española de la isla: Juan Pablo Duarte.
Duarte nace
de una familia clase media alta, y recibió una educación esmerada, pudiendo
viajar por Norteamérica y Europa, solventado por sus padres, para fortalecer la
educación recibida acá.
Pudo haber
sido abogado, notario, funcionario colonial o dedicarse a fortalecer el negocio
familiar, con lo que se aseguraba un cómodo estilo de vida, pero como hicieron
un O`Higgins, un Artigas, un San Martín, un Bolívar, y otros muchos luchadores
de América Latina en pro de la independencia, sacrifica todo (familia, bienes,
fortuna, salud), para dotar su país de autogobierno.
Tuvo que
asumir la función de maestro, de propagandista y de emblema del movimiento
libertario y liberal, y así, fue atrayendo muchos jóvenes de distintos estratos
sociales que deseaban la independencia y el término de una brutal ocupación
haitiana que duraría 22 años y 18 días.
Padeció joven
el destierro y la soledad, la pobreza y el hambre, y vuelve, viejo y olvidado,
cuando se constituye el gobierno restaurador en 1863, empleando éste sus
servicios en labores diplomáticas, muriendo allá tísico y pobre. Jamás pasó
factura por sus servicios a la patria, y le pagaron con ingratitud y un
prolongado olvido.
Durante mucho
tiempo su nombre fue oprobioso y ominoso, ya que se sucedieron diversos
gobiernos conservadores que no valoraron la figura de Duarte, sino que la
despreciaban, y fue tras una campaña pública durante el gobierno de Lilís, que
se repatrían sus restos desde Caracas.
Por más que
sus detractores han querido enlodar la figura de Duarte, no han podido
encontrar ninguna falta que afecte su proceridad, sino que todo lo contrario,
cada día su figura se acrecienta. El pasado año 2013, en ocasión de su
bicentenario de nacimiento, se efectuaron durante todo el año muchas
actividades y se rindieron múltiples honores de todos los sectores de la vida
pública, tal y como fue el homenaje
rendido por las Universidades Nacionales encabezadas por la UASD y la UNEV.
200 años
después, los ideales de Juan Pablo Duarte son una inspiración de muchos
dominicanos que desean construir un país más inclusivo y justo, donde se luche
por los derechos, sin que presuponga esto un ataque al derecho ajeno y un
sentido de unión colectiva, que aún, tras 200 años, no hemos podido crear. Y Justo
nuestra misión es esa: garantizarles a las futuras generaciones un país un poco
mas parecido al ideal duartiano y hacerles la figura del Prócer más humana,
para que ellos sean transmisores de esos valores y nuevos trinitarios que
luchen por los ideales de esos jóvenes de febrero del 1844.
Siento un pesar tan y tan profundo, un dolor que quebranta y que penetra hasta la misma esencia espiritual, al leer y escuchar de tantas gentes confundidas, tantos cristianos nominales, por no decir enganados, Como es posible?? vivir, ensenar y aun practicar un cristianismo tan empirico, basado en el humanismo secular, fabulas psicologias, filosofias y otros falsos valores; Es que nunca han leido u escuchado del verdadero cristianismo? no han leido la historia de la reforma? no saben quien fue el gran Charles Spurgeon? Clive S Lewis, es que no han leido "El progreso del peregrino?
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