El amor de
Dios es algo que no podemos describir con palabras y el que más se aproximó
para expresarlo fue el apóstol Juan cuando dijo que “en esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y
envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10) a fin de
que el hombre pecador reciba la salvación de su alma.
En la noche
del 14 de Febrero, Tabernáculo Prensa de Dios recibió un
extraordinario regalo espiritual, en una jornada de misión evangelística, donde
el amor de Dios se derramó de una manera maravillosa, alcanzando a un grupo de
almas perdidas que abrazaron con alegría y gozo el evangelio de salvación y de
vida eterna de nuestro Señor Jesucristo, en una hermosa cosecha de personas que
fueron tocadas por el poder del Espíritu Santo.
Para la
ocasión especial el ministerio tuvo como invitado especial al Doctor en
Teología, de Costa Rica, Alexis Cedeño, siervo de Dios, quien estuvo a cargo el
mensaje, iniciándolo citando las palabras de Jesús “yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, (Juan 14:6).
Tras expresar con detalles el significado de este verso, el Dr. Cedeño se explayó hablando
sobre la grandeza del amor de Dios, “porque de tal manera amó al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, Jesucristo, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, más tenga vida eterna” (Juan
3:16).
En el
establecimiento comercial del Lic.
Víctor Medina, quien fue el anfitrión de esta actividad, en todo el ambiente se sintió poderosamente
la presencia del Espíritu Santo, estremeciendo de pie a cabeza a todos los que
con gran atención y reverencia oían la Palabra de Dios, que de una manera
sencilla fue expuesta por el doctor Cedeño.
“Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en
el nombre del unigénito Hijo de Dios”. (Juan 3:17-18).
En su
mensaje, el doctor Cedeño hizo hincapié en que el único medio de salvación es
Jesucristo, quien es el Camino que conduce al cielo, la verdad encarnada y el
único que tiene capacidad de dar vida eterna, y eso lo mostró, cuando por amor
fue a la cruz y allí derramó su preciosa sangre para redimirnos de la
condenación del pecado y disfrutar de la verdadera paz y gozo, que sólo él por
gracia, nos puede dar.
A la hora del
llamado en el local, donde se efectuó la misión evangelistica, todo el personal de trabajo y los que estaban
presente recibieron a Jesucristo como su Señor y Salvador, arrepintiéndose de
sus pecados, derramando lágrimas y alabando a Dios por esa maravillosa
oportunidad de recibir el perdón divino.
Tabernáculo,
le da la honra a Dios por la fiesta que se celebra en los cielos y la tierra
por las 17 almas salvadas inscritas en el libro de la vida, lo que nos confirma
que la sangre de Cristo tiene poder para transformar, de una manera radical, la
conducta del hombre pecador.
No hay dudas
que todo fue una demostración de amor de personas que quieren dar por gracia lo
que por gracia han recibido, la salvación de su alma por la obra redentora de
Jesucristo, consumada en la cruz del calvario.
Asimismo,
hicieron sentir su amor identificándose con el apóstol Juan quien hace un
llamado a los creyentes de “amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de
Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es
amor” (1 Juan 4:7-8).
Como un
reflejo de la gloria de Dios pudimos ver como la expansión del Espíritu Santo
de Dios, sigue moviendo el evangelio por toda la tierra.
La verdadera
historia social del Tabernáculo, es y será el legado que quedará sellada de fe
y del poder de Dios en las vidas de todos los que reciben mensualmente este
periódico a la manera de Dios.
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