INTRODUCCIÓN
Pastor Luis Reyes |
Todo el que
está vivo quiere la bendición de Dios; aun el hombre más malvado. Sabemos que
por la gracia general o común Dios hace salir su sol sobre malos y buenos, y
que hace llover sobre justos e injustos (Mt. 5:45), como creador del hombre y
de todo lo que existe, les da a los pecadores una familia hermosa, vivienda,
vehículos, viajes, dinero, salud, negocios, empleos y sobre todo el precioso
don de la vida, pero no les da la salvación; porque para ser salvo es
imprescindible aceptar a Cristo como salvador personal y el pecador quiere la
salvación, sin arrepentirse de sus pecados y obedecer al evangelio. Opta por
tener una religión como excusa para tranquilizar su conciencia manchada que
tiene profunda necesidad de Cristo.
En el caso
del cristiano, ha sido llamado a tener un pacto con Dios en Cristo Jesús, al
ser limpio con su sangre purísima es signatario de las cláusulas de bendición
del nuevo pacto que se fundamentan en las fieles promesas de Dios. Sabemos que
en todo pacto hay dos aspectos: el lado divino y el lado humano. El lado
divino; comprende la responsabilidad de Dios de cumplir fielmente con las
bendiciones del evangelio, y el lado humano; comprende el compromiso del hombre
de obedecer la voz de su palabra y tener un corazón dispuesto para recibir
todas las bendiciones del nuevo pacto. La bendición que viene de Dios trae
contentamiento y regocijo al corazón del creyente, le llena de esperanza y lo
inspira para vivir una vida victoriosa en Cristo Jesús. Como la visión de los
principios escriturales del Reino de Dios es fundamental en todos los ámbitos
de la vida de fe, detallo a continuación varios principios que nos darán mas
claridad de cómo llegar a nuestro destino profético en el nuevo año.
Principio #1
OBEDIENCIA A DIOS EN SU PALABRA
El Señor
Jesucristo declaró: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn. 14:15).
Reitera: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama”
(Jn. 14:21). Vuelve y asevera: “El que me ama, mi palabra guardará… El que no
me ama no guarda mis palabras” (Jn. 14:23).
La obediencia
del hombre es un principio fundamental del Reino de Dios, y se manifiesta en
diferentes aspectos de la vida diaria. En el amor a Dios; en la práctica de los
deberes cristianos, tales como la oración, el ayuno, lectura y estudio de la
Biblia, profunda devoción, la obediencia congregacional, la fidelidad en el
pago de los diezmos y en el dar con gozo de manera generosa las ofrendas. Vivir
una vida santa, llena de integridad, a fin de guardarse sin mancha del mundo,
para Dios. Someter nuestras emociones y sentimientos, impulsos y pasiones al
Espíritu Santo, y cuidar nuestra vida espiritual de los lazos, trampas,
engaños, fantasías y tentaciones de satanás. Amar a la familia, porque el que
no ama a su familia, no ama al Señor.
Obedecer es
fundamental para que un cristiano sea bendecido, pero no es lo único que hay
que tener en cuenta. También hay que tener un buen plan, visión clara, que se
fundamente en los principios de la palabra de Dios y haya sido corregido por el
Espíritu Santo. Luego hay que accionar (que es la demostración de la fe). Mente
y determinación positiva (la actitud de una mente equipada que aísla la
negatividad). Perseverancia, que trata de constancia y estabilidad. La
valentía, virtud que nos aleja de nuestros temores, y por último, un corazón
extendido para alcanzar nuestro destino profético marcado.
Principio #2
TENER UN BUEN PLAN
El apóstol
Pablo dice a los efesios: Que la multiforme sabiduría de Dios, ahora ha sido
dada a conocer a principados y potestades por medio de la iglesia, conforme al
propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor (Ef. 3:10-11).
Significa que la multiforme sabiduría de Dios en la iglesia responde al
propósito eterno en Cristo Jesús. Lo que define claramente que Dios primero
planeó y diseñó, lo que luego aplicó en el mundo visible. La historia de la
salvación es un proyecto planeado por Dios desde antes de la fundación del
mundo. De esta manera él inspira los planes que hacen los justos para levantar
obras de excelencia para su gloria. Tenemos el caso del rey Salomón que para
construir el templo a Jehová Dios, primero concibió un plan, hizo pacto con
Hiram, rey de los fenicios, para que le supliera madera del Líbano que en ese
entonces era un parque nacional. Salomón hizo un censo de todos los hombres
extranjeros en Israel (153,600), señaló 70 mil para llevar cargos, 80 mil
canteros en la montaña y 3,600 como capataces. Pidió a Hiram que le concediera
el apoyo de sus servidores para ayudar a cortar la madera de cedro y ciprés que
él le pagaría justamente, y le enviará un hombre hábil y entendido para
trabajar el arte en metales y madera, el cual fue Hiram-Abi, quien era hijo de
un fenicio y una mujer de la tribu de Dan (2C. 2:1-18).
Cuando el rey
Artajerjes I notó la tristeza de Nehemías, este le dijo que pides, después de
Nehemías contarle de la destrucción de Jerusalén. Luego de orar a Jehová pidió:
Ser enviado a Judá, a reedificar a Jerusalén. Señaló el tiempo del viaje. Pidió
cartas selladas con el anillo del rey, para los gobernadores de la zona de
Judea. Para el guardabosque del rey para la provisión de madera. El rey también
envió saldados y capitanes al servicio de Nehemías. (Ne. 2:1-8). Significa que
en oración Dios le dio a Nehemías un plan para ser ejecutado. Hay muchos
ejemplos en la Biblia de la orquestación de un plan, sin un plan no hay destino
ni realización.
Principio #3
ACCIÓN BIEN ENFOCADA
El rey
Salomón construyó el templo como lo había planeado y diseñado (2Cr. 3:1-17); y
Nehemías construyó los muros de la ciudad de Jerusalén, y la poderosa mano de
Dios estuvo con él (Ne. 3:1-32). El rey Salomón y Nehemías, le pusieron acción
bien enfocada a sus poderosos planes en Dios; es necesario poner acción a la
visión de Dios. El pensador cristiano dice: “Los soñadores mandan a otros para
responder a la solución de necesidades, pero los visionarios van ellos mismos,
para aplicar las soluciones a los problemas del momento”. Hay acciones
emocionales, desenfocadas y locas que no obedecen a un plan, allí solo hay caos,
inoperancia y ausencia de producción, Todo lo desenfocado termina siendo
abortado. Pero la acción bien enfocada es productiva, provechosa, demostrativa
que vivimos en el principio de la fe que es la acción viva. El creer sin
acción, es llamada fe muerta por Santiago (Stg. 2:26). La acción resultante en
bendiciones es la que está fundada en Cristo Jesús, “expresión de fe viva y
activa” (Stg. 2:21-22).
Principio #4
MENTE Y DETERMINACIÓN POSITIVA
El cristiano
tiene una mente renovada, Pablo escribe a los efesios diciendo: “y renovaos en
el espíritu de vuestra mente” (Ef. 4:23). Además, proclama, “mas nosotros
tenemos la mente de Cristo”
(1Co. 2:16). Pero también todo el que ha sido regenerado tiene una mente correcta. El gadareno: Estaba a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio (Lc. 8:35). Los cristianos estamos llamados a ser positivos, sin nada que ver con la filosofía positivista, que se concentra en la confianza en sí mismo. En tanto, que los cristianos tenemos nuestra fe y confianza en Dios, creyendo que todo lo que nos proponemos puede ser alcanzado en Cristo Jesús. Siempre lo que creemos es posible cuando somos orientados por la voz de Dios; como le dijo el ángel Gabriel a María de Nazaret “porque nada hay imposible para Dios” (Lc. 1:37). Jeremías dice: ni hay nada, que sea difícil para ti (Je.32:17). Lo positivo es la mejor parte de la vida y la realidad (donde también existe lo negativo), pero lo negativo es la peor parte en la mirada inmediata del hombre, muchas veces lo motoriza en busca de ver sus sueños hechos realidad. La fe cristiana, es una fe positiva, aunque hay muchos cristianos negativos para su propio mal. Mente y determinación positiva, es el camino de la bendición de Dios en Cristo Jesús. Esa es la verdad que está por encima de la realidad.
(1Co. 2:16). Pero también todo el que ha sido regenerado tiene una mente correcta. El gadareno: Estaba a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio (Lc. 8:35). Los cristianos estamos llamados a ser positivos, sin nada que ver con la filosofía positivista, que se concentra en la confianza en sí mismo. En tanto, que los cristianos tenemos nuestra fe y confianza en Dios, creyendo que todo lo que nos proponemos puede ser alcanzado en Cristo Jesús. Siempre lo que creemos es posible cuando somos orientados por la voz de Dios; como le dijo el ángel Gabriel a María de Nazaret “porque nada hay imposible para Dios” (Lc. 1:37). Jeremías dice: ni hay nada, que sea difícil para ti (Je.32:17). Lo positivo es la mejor parte de la vida y la realidad (donde también existe lo negativo), pero lo negativo es la peor parte en la mirada inmediata del hombre, muchas veces lo motoriza en busca de ver sus sueños hechos realidad. La fe cristiana, es una fe positiva, aunque hay muchos cristianos negativos para su propio mal. Mente y determinación positiva, es el camino de la bendición de Dios en Cristo Jesús. Esa es la verdad que está por encima de la realidad.
Principio #5
PERSEVERANCIA
Perseverar en
lo que pretendemos lograr, la Biblia honra a los perseverantes (Mt. 24:13; Col.
4:2 y Ef. 6:18), y reprocha a los inconstantes (Stg. 2:8). Un carácter
cultivado por el Espíritu Santo, nos permitirá la templanza suficiente para
enfrentar situaciones adversas de todo tipo, y mantenernos firmes en procura de
alcanzar nuestro destino profético. Lucha por lo que te has propuesto; sed
constante, no dejes que ninguna circunstancia malogre lo que planeaste alcanzar.
Principio #6
VALENTÍA
Se traduce
del término hebreo Chazaq, que significa ser fuerte, valeroso, hombría,
fortaleza, firme, fortificado y poderoso. Jehová le dijo a Josué: “Esfuérzate y
sé valiente” (1:6), “Esfuérzate y sé muy valiente” (1:7), “Que te esfuerces y
seas valiente” (1:9), “Solamente que te esfuerces y seas valiente” (1:18). La
nobleza del principio de repetición manifiesta el interés de Dios de que
pongamos mucha atención a estas escrituras escogidas.
Jesús
licenció el valor espiritual de la valentía cuando dijo: “Y el que no toma su
cruz, y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mt. 10:38); Pablo dice a
Timoteo: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio” (2Ti. 1:7). Significa que la valentía es un principio
fuerte en la Biblia, y es honrado por Dios. En tanto, que la cobardía tiene
reproche en el Reino, se traduce en temor que detiene, y no permite el avance
del creyente. El llamado de Dios a su pueblo es de tener, valentía,
determinación y coraje para enfrentar los problemas de la vida diaria e ir en
procura de la bendición.
Principio #7
UN CORAZÓN EXTENDIDO PARA ALCANZAR NUESTRO DESTINO PROFÉTICO
El hombre de
baja autoestima y de corazón apocado se descarta así mismo en el camino, no
tiene la fuerza de los vencedores, porque es de corazón, reducido, estrecho y
limitado, es el que se derrota a sí mismo, se descarta y se arrumba; pasan los
años y sigue en lo mismo, en nada, sin ninguna producción.
En cambio
Dios presenta sus credenciales en la historia de la salvación, de cómo hombres
y mujeres tuvieron fe para hacer proezas, fueron levantados por Dios con un
corazón ensanchado, extendido, amplio, con dimensiones para lo sobrenatural, y
ellos están en el salón de la fama de los héroes de la fe de Hebreos 11, como
un ejemplo ideal para hombres y mujeres de cada generación.
REFLEXIÓN FINAL
El Señor nos
llama a la sensatez y al buen juicio, a vivir la vida cristiana conforme a los
principios de las escrituras sagradas. A dejar atrás la simpleza, impulsos y
los caprichos de la inconstancia. Persigamos la bendición de Dios en este nuevo
año, viviendo los principios que conducen a un destino de bendición en todo
tiempo, como son: la obediencia a Dios en su palabra, tener un buen plan,
acción bien enfocada, mente y determinación positiva, perseverancia, valentía,
y un corazón ensanchado o extendido para alcanzar el destino marcado. El
cristiano tiene el camino de triunfo que Jesús declaró en Juan 14:6. Al pecador
le hace bien recibirle como único salvador personal, su sangre purísima sigue
viva para limpiar toda mancha de tu conciencia punitiva y llenar tu corazón de
la paz de Dios. ¡Recíbele Hoy!
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